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Emiliano Sordi, el cordobés que ganó un millón de dólares por ser campeón de MMA

El luchador Emiliano Sordi se consagró campeón de peso semicompleto de la promotora de MMA PFL (Professional Fighters League) al superar al estadounidense Jordan Johnson con un terrible nocaut en el primer round.

Emiliano Sordi, el cordobés que ganó un millón de dólares por ser campeón de MMA

El nuevo año lo encontró en Nueva York. Sí, la capital del mundo. Esa ciudad, una de las más caras de Estados Unidos, en la que miles de turistas pagan fortunas para poder pasar las Fiestas de fin de año. Pero este cordobés no estaba allí para eso. Estaba para, en la capital del mundo, ser dueño del mundo.

Emiliano Sordi es un cordobés que nació hace 28 años en Río Cuarto. En la última noche del 2019, en el mítico Madison Square Garden, se transformó en el primer campéon del mundo argentino de MMA. Lo hizo dentro de la PFL (Professional Fighters League), una de las organizaciones de esta disciplina más importantes del planeta.

Su consagración llegó al vencer por un tremendo nocaut al estadounidense Jordan Johnson, a quien derrotó tras un furibundo ataque de golpes que sólo se detuvo cuando el árbitro paró la pelea. Además del cinturón de campeón, Emiliano se llevó un cheque por un millón de dólares.

Cuanto tenía 16 años, Sordi decidió ir al gimnasio para poner en movimiento su cuerpo. Ya había probado con fútbol, handball, atletismo, básquet. Pero ninguno lo enamoró. Hasta que el kickboxing y el MMA llegaron a su vida. Entró a ellos por curiosidad y se quedó a pura convicción.

A los 18 años realizó su primer combate profesional. Claro que desarrollarse en esta actividad en nuestro país no fue sencillo. De hecho, llegó a pelear varias veces sin cobrar un peso. Pero no dudó en contarle a La Voz: “Si este deporte fuera amateur y yo tuviera que trabajar en otra cosa para vivir, lo mismo pelearía en MMA como un hobby”.

Igual, al margen de lo económico, la cosa no fue sencilla en casa tampoco para Emiliano. Es que sus padres no estaban de acuerdo a que se dedicara a un deporte al que consideraban peligroso.

    “A mi mamá nunca le gustó. Me parece que cualquier madre siempre quiere que su hijo estudie. Esa fue una parte bastante difícil porque, al principio, no tenía el apoyo de mis padres. Entonces, cuesta un poco más. Pero hay que creer en uno mismo. Con eso, suficiente”, sentenció.

Emiliano vive en San Diego, Estados Unidos. Allí llegó en 2016, luego de un paso por Brasil, donde evolucionó como peleador y logró llamar la atención de una empresa norteamericana. De todos modos, siempre vuelve a Río Cuarto. Pero está tranquilo en esa ciudad del estado de California. Destaca la tranquilidad con la que se vive. “Acá no hay inflación”, bromea. Hoy reside en una casa con otros peleadores, pero tiene la ilusión de, por fin, poder comprarse una casa para él solo, después de esta consagración.

De todos modos, siempre quiere volver a Río Cuarto. Su lugar, donde están sus afectos, como sus padres y su novia, que lo acompañaron en su noche de gloria en el Madison Square Garden.

    “El desarraigo es difícil. Por eso me vuelvo cada vez que puedo. Me gustan bastante nuestras costumbres y no las puedo dejar. Esa es la parte más difícil, pero es necesario porque, lamentablemente, en nuestro país, sino es fútbol, no hay otros deportes que te puedan llevar lejos”, cometó.

El MMA gana espacio en la atención del público y Sordi explica que son cuatro las organizaciones más importantes del momento: Bellator, UFC, PFL y OneFC. “Es como las organizaciones del boxeo. Podés competir en AMB, OMB o CMB, por ejemplo”, compara Emiliano.

De todos modos, marca diferencias en favor de la estructura en la que pelea: “A la UFC lo que le interesa es vender el evento. No es que sus peleadores sean malos; nada que ver. Pasa que ellos buscan más un negocio a través de los peleadores. Les gusta que hablen, que sean marketineros. En cambio, PFL es todo lo contrario. Imaginate que yo, este año (por 2019), fui campeón del mundo. Pero en el próximo torneo entro con cero puntos, igual que el resto de los peleadores. Es todo por mérito propio. Acá hay que pelear y ganar. Por más que vos en tus redes sociales seas súper popular, no importa: tenés que ganar la pelea si querés subir”.

“Todavía no caí en lo que logré”, revela este cordobés sobre su éxito deportivo. Pero sabe que esto le sigue abriendo puertas. Es muy probable que PFL unifique cinturones con OneFC, una organización que crece a pasos agigantados en Asia. “No hay demasiado tiempo para celebrar y descansar. Me tomaré una semanita y, después, a entrenar otra vez”, dijo el campeón.
Pero su mirada va más allá de su carrera personal. También celebra que, con su consagración, se le da difusión a este deporte que tanto ama. “Es bueno que los chicos puedan ver un deporte alternativo. Que no solamente tienen que jugar al fútbol para poder llegar lejos”.

Sordi tiene un gimnasio en Río Cuarto, en donde más de 200 chicos ya están practicando MMA. Y más de 50 ya están combatiendo. “Espero que con este logro mío se pongan más las pilas, entrenen cada vez más fuerte y, en unos años, puedan estar acá, junto conmigo”, se ilusiona.

Su rival

Las vueltas de la vida hicieron que Emiliano tuviera que definir al campeón con un rival muy conocido y cercano. Se trata de Jordan Johnson, un estadounidense con el que compartió equipo y entrenamiento durante tres años. “Fuimos compañeros de equipo hasta el 2018, pero por un tema familiar él se fue a vivir a Arizona. Debemos tener como 50 rounds de sparring entre nosotros, así que los dos sabíamos cómo se iba a plantear la pelea: él iba a querer luchar conmigo, y yo iba a tratar de pegarle. Por suerte, funcionó primero mi estrategia”.

También contó que son amigos, que fueron a comer varias veces y que antes de la pelea ambos vivieron la situación con mucha naturalidad: “Durante el pesaje, estábamos sentados juntos y charlando de cosas de la vida. Pasa que la gente piensa que nos tenemos que odiar. Pero nada que ver. Después de la pelea, estábamos juntos haciendo los estudios médicos; él con su mujer y yo con mi novia, los cuatro sentados juntos. Es para destacar lo que pasa en el deporte de contacto. En el fútbol, por ejemplo, no puedo creer que por el simple hecho de correr detrás de una pelota se odian, se putean, se escupen o se quieren pegar. Nosotros, que realmente nos tenemos que golpear, somos amigos, nos llevamos bien y no tenemos ningún tipo de problema el uno con el otro”.

En ese sentido, destacó que la ignorancia del público general hace que desconozcan algunas cuestiones del MMA: “En Argentina desconocemos los deportes de contacto y se piensan que somos salvajes. Tenemos un montón de valores, disciplina y unos entrenamientos durísimos. No es que tiran a dos locos adentro de una jaula a que se peguen como sea. Entrenamos seis horas por día, y seis días a la semana”.

Fuente de la Información: eltribuno.com

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