Pese a que se había anunciado que enero sería el momento en que el Congreso iniciaría las sesiones extraordinarias del periodo 2020, el Gobierno recién las convocaría para los primeros días de febrero.
Más allá de las negociaciones y los acuerdos que se estarían trazando entre el oficialismo y la oposición, la verdadera razón de esta demora es que aún se estaría definiendo los últimos detalles de un nuevo paquete de leyes.
Dentro de las normas que aún estarían siendo analizadas por la gestión del Frente de Todos se incluye la reforma del Poder Judicial, el nuevo Consenso Fiscal, la creación del Consejo Económico y Social; la constitución de un Consejo de Seguridad, las iniciativas del Plan Argentina contra el Hambre, y la modificación del sistema previsional de diplomáticos y jueces, entre otras.
Tras la definición de la "letra chica", estas iniciativas serán enviadas al parlamento, el cual debe ponerse en funcionamiento con, al menos, una semana de antelación al tratamiento de los proyectos en el recinto. Es decir, que si se quisiera sesionar el 22 de enero, como estaba previsto, tendrían que girarse las normas el 15, algo que sería más que improbable.