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El Papanicolau, vital para detectar hoy enfermedades a futuro

Impulsado a través de diversos planes de salud y promociones que año tras año se hacen con mayor frecuencia, el estudio garantiza la prevención de varias enfermedades femeninas. Ante ello, delfuego noticias reseña los aspectos salientes del procedimiento y enfatiza en la necesidad de consultar con un especialista.

El estudio ginecológico es vital para evitar afecciones cancerígenas.
El estudio ginecológico es vital para evitar afecciones cancerígenas.
El cáncer de cuello de útero parece expandirse y es una enfermedad muy temida entre las mujeres. Pero como suele ocurrir en la mayoría de los casos, la prevención y la detección a tiempo disipa los miedos.

Es por ello que delfuego noticias, aprovechando que sigue vigente la campaña de detección de cáncer de cuello uterino, presenta un detallado informe con los aspectos salientes de la mejor herramienta para detectar esta afección a tiempo: el Papanicolau.

El Papanicolau es un estudio que garantiza el diagnóstico precoz de varias enfermedades. Conocido familiarmente como ‘Pap’, este método para la detección precoz del cáncer de cuello del útero, fue descrito por el médico griego Georges Papanicolaou en 1943.

Es un procedimiento muy sencillo que permite diagnosticar varios procesos que pueden estar ocurriendo en el cuello del útero de la mujer, además del cáncer: algunas infecciones vaginales comunes (hongos, parásitos, algunas bacterias), la infección por el virus del papiloma humano (HPV, que con el tiempo puede desarrollar el cáncer) y el propio cáncer de cuello, en estadios muy tempranos.

La mayoría de las mujeres que tienen acceso a los servicios de salud y que son cuidadosas y siguen los consejos de sus médicos comienzan a hacerse el Pap cuando inician las relaciones sexuales o cuando cumplen los 30 años. Pero, a pesar de ser un estudio muy común, pocas lo conocen en profundidad.

“El cáncer de cuello se diagnostica con los dedos” decían los detractores de Papanicolaou, aludiendo a que cuando el médico hace un examen vaginal y toca el cuello con determinadas características, se está en presencia de un cáncer pero avanzado, ya es tarde para cualquier tipo de terapéutica exitosa.

En eso reside precisamente la mayor virtud de este procedimiento: permite hacer un diagnóstico de lesiones que aún no son cáncer o lo son, pero muy iniciales. El cáncer de cuello tiene como característica que transcurre mucho tiempo (años) entre la lesión que puede llegar a ser maligna y el momento en que se transforma en maligna.

Por eso, si una mujer realiza un Papanicolaou anual desde el inicio de sus relaciones sexuales, tiene casi la garantía total de un diagnóstico muy temprano, que permitirá una terapéutica definitiva con tratamientos muy poco agresivos: tanto que, mujeres jóvenes que han tenido un cáncer de cuello que fue diagnosticado precozmente y tratado, después pudieron tener hijos sin inconvenientes.

Si una mujer no ha tenido relaciones sexuales, debe comenzar a hacerse el Pap, de todas formas, a partir de los 30; cuando la mujer es virgen se utiliza una técnica especial adecuada a esta circunstancia: en lugar del espéculo se utiliza un hisopo igual al que se usa con las nenas cuando es necesario realizar un cultivo de flujo. De ese modo no se pierde la virginidad.

La frecuencia con la que se realiza es anual, salvo que el profesional juzgue necesario hacer controles más seguidos por alguna razón.

¿Puede la colposcopía sustituir al Papanicolau?

De acuerdo con los estándares nacionales del estudio del cáncer del cuello uterino, el protocolo que se sigue casi en todos lados es el siguiente: a toda mujer con vida sexual activa debe de hacerse el estudio de Papanicolau para la detección de este tipo de cáncer.

Cuando un Papanicolau sale anormal, es decir, sugiere la presencia del Virus del Papiloma Humano, o tiene algún tipo de displasia o un cáncer, entonces la paciente debe de acudir a una especialista, donde se le realiza un estudio llamado colposcopía para corroborar si la paciente efectivamente tiene alguna lesión.

La colposcopía es un estudio que se realiza con un aparato que amplifica el cuello del útero. Dicho cérvix es observado para ver sus características principales para posteriormente aplicarle una solución de ácido acético o lugol, con lo cual se cambian las características macroscópicas y, si tiene alguna lesión, ésta se hace evidente convirtiéndose entonces en una zona denominada ‘acetoblanca’.

Si a la paciente se le detecta algún tipo de lesión corroborándose el resultado del Papanicolau, se toma entonces una biopsia con el fin de tener una certeza diagnóstica. De acuerdo con el resultado, se procede al tratamiento, que consiste en términos generales en destruir la lesión que se observa con varios métodos, que pueden ser a través de electrofulguración, crioterapia o extirpación de la zona a través de un instrumento eléctrico llamado ‘asa diatérmica’.

Cada una de estas técnicas tiene sus indicaciones particulares de acuerdo con el diagnóstico y el tipo de paciente. La alta incidencia del cáncer de cuello uterino hace que dicha patología sea considerada un problema de salud pública, por lo cual hay un un programa específico para ello basado en la prevención a través de la detección temprana de las lesiones precursoras. El programa se basa en el Papanicolau como método de detección.

La colposcopía es un estudio que aunque si bien no puede suplir al Papanicolau en programas de salud, tiende a ser un estudio que da más certeza diagnóstica y las probabilidades de falsos negativos disminuyen, ya que el estudio lo hace un experto que maneja mejor los criterios de diagnóstico y tratamiento.

De cualquier modo siempre es importante la prevención, la tendencia más importante de la medicina actual.

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