PROVINCIALES

UNA MIRADA DE LA REALIDAD

Ríos, la Gobernadora que hace del no, un recurso casi permanente

En su horma más compleja desde que sumió su segunda mandato, la gobernadora Fabiana Ríos parece cercada por sus propias decisiones. Ante ello, delfuego noticias analiza el cambio sustancial que se observa en su forma de hacer política y que, en definitiva, afecta a toda la provincia.

Fabiana Rís y una postura que tiene al no como recurso recurrente.
Fabiana Rís y una postura que tiene al no como recurso recurrente.
La gobernadora de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos, ocupa el centro de la escena política y social de la provincia con sus decisiones. A poco menos de dos meses de que se cumpla el primer año de su segundo mandato consecutivo, acumuló más polémicas que logros concretos y desató un vendaval de opiniones a favor y en contra.

Poco expresiva cuando habla pero siempre recurrente en el eufemismo para no decir las cosas como son, Ríos ha logrado centrar las miradas en cada una de las decisiones que toma. La gente ya no solo analiza, opina y cuestiona lo que hace la Mandataria provincial sino que además -y mucho más en los últimos meses- pone en tela de juicio sobre todo aquello que se hace o dice.

Así, cercada por una realidad provincial económica y financiera agobiante, por un presente político que parece acercarse a la línea de llegada y circunscripta tan solo a su círculo más inmediato, Ríos parece haber perdido la mayor parte del crédito que los fueguinos le extendieron hace cinco años pero más aún, el que le otorgaron hace menos de uno.

Y en este presente que aprieta con fuerza y parece asfixiar, Fabiana Ríos se encerró en sí misma y comenzó de a poco a mostrarse más afecta al ‘no’ que al ‘si’, distintivo y principal característica cuando surcó el Parlamento provincial y nacional con su característica impronta.

No habla


En los últimos meses, Fabiana Ríos decidió dejar de hablar de las cosas que los fueguinos quieren escuchar. Así, obvia a diario temas que son importantes y que requieren de la postura explícita de quien conduce los destinos de la provincia.

Tanto es así que hace casi un año que la Gobernadora fueguina no realiza una conferencia de prensa en Río Grande para trasmitir conceptos salientes sobre su gestión ante los periodistas de la ciudad.

Fabiana Ríos decidió no hablar. Optó por obviar contarle a la comunidad su postura acerca de temas muy complicados, que pueden poner en jaque el futuro de la provincia pero que, al menos para ella, parecen no ser lo suficientemente relevante como para brindar las explicaciones del caso.

No dialoga

A lo largo de su gestión, que comprende su primer mandato y lo que lleva del actual, la Mandataria provincial fue perdiendo de a poco, sin prisa pero sin pausa, la capacidad de diálogo con la mayoría de los sectores que componen la vida política, social y económica de Tierra del Fuego.

Cercada por los conflictos, Ríos fue dejando de lado uno de los principales preceptos que enarboló a lo largo de su carrera política. Así, con el correr de los años, se ha ido acrecentando la imagen de una Gobernadora que ha perdido el interés en el diálogo como motor principal para la búsqueda de consensos.

Fabiana Ríos decidió no dialogar. Optó por mantenerse segura dentro de su círculo de confianza y dejar de lado el intercambio de ideas con muchos sectores que no le son afines pero, mucho peor, con aquellos que alguna vez confiaron su habilidad política.

No negocia

La Gobernadora de Tierra del Fuego perdió la capacidad de negociación no solo en el entorno gremial sino además, en el campo político, donde suma dolores de cabeza a causa de la imposibilidad de ceder.

Negociar con los gremios ha sido para esta gestión, una auténtica cuenta pendiente. Los sectores que siempre rechazaron sus prácticas hoy la miran con desprecio y quienes alguna vez fueron leales, suman críticas a diario.

En el campo político, Ríos a demostrado haber perdido parte de esa astucia necesaria para mantener contento a los que están cerca pero mucho a los que están en la vereda de enfrente. Así, por ejemplo, mandó a los parlamentarios a defender una reforma impositiva que ni su propia tropa pudo sostener.

Fabiana Ríos decidió no negociar. Optó por manejarse indiferente ante los reclamos de diversos sectores políticos de la provincia pero más aún ante los planteos de los gremios y sindicato que una vez la vieron como la mejor opción para terminar la fiesta que hundía a la provincia.

No acuerda

De la mano de la incapacidad de negociar se hace visible una severa dificultad para lograr acuerdos que le permitan imponer ciertas pautas que, bajo su criterio, serán beneficiosas para el conjunto de la provincia.

Así, no hay chances de lograr acuerdos con los gremios que reclaman incesantemente más y más plata. No hay chances tampoco de lograr acuerdos con sectores políticos de una y otra vereda y en consecuencia, pierde sustento día tras día.

Fabiana Ríos decidió no acordar. Optó por mantenerse firme en sus ideas. Imperturbable, la Gobernadora de Tierra del Fuego impone su norma y ya no importa si el conjunto de la sociedad le pide un volantazo o un gesto abierto.

No resuelve

Es sin dudas, el aspecto más negativo de todos los mencionados. Con el correr de los meses se ha observado una alarmante incapacidad de brindar respuestas pragmáticas a situaciones que varían en su complejidad.

“El problema es político”, “falta la decisión política”, “hace falta un gesto político” son algunas de las frases repetidas por referentes de diversas áreas que observan que más allá de los vicisitudes monetarias, parte de los problemas se resolverían con decisión.

Problemas en el ámbito educativo, con escuelas que se caen a pedazos y con interrupciones permanentes en el dictado de clases; inconvenientes severos en el ámbito de la salud, con fuga de profesionales, hospitales deteriorados y mal clima con los trabajadores; cuestiones sin resolver en el ámbito de la seguridad, donde las carencias de recurso humano y técnico son más que evidentes, forman parte de un cúmulo que cuestiones que, parte de ellas, bien podrían resolver más con decisión que con dinero.

Fabiana Ríos decidió no resolver. Optó por el desgaste en algunos casos y en otros, por confiar demasiado en funcionarios que no dan la talla y que la obligan casi sistemáticamente, a tener que poner la cara por los errores ajenos.

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