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Alejandro Vinazza
Docente de la Facultad Regional Tierra del Fuego

Integrante del Centro de Estudios UTN Antártida Argentina “UTNAA”


EDITORIAL
Competitividad marítima fueguina

18/05/2021. Capacidad para competir. Rivalidad para la consecución de un fin. Es muy clara la definición de la Real Academia Española. El Atlántico sur no está exento de esta en materia marítima, y es que ciertamente tiene mucho para ofrecer.

Competitividad marítima fueguina

En cuanto a cargas, la tecnología cada día logra diseñar buques más grandes, que claramente exceden los famosos panamax, es decir, esas “ciudades flotantes” deberán en cuanto el circuito logístico sea el adecuado, buscar nuevas rutas. El Mar de Hoces – Pasaje Drake es uno de esos lugares en donde uno quisiera ejercer algún control, no?

La fuente agotable de recursos que es el mar, pese a la depredación de buques que practican la pesca ilegal no declarada no reglamentada, sobrepesca, sumado a los descartes producto de la cuotificación pesquera y otros vicios de las leyes, todavía al Atlántico Sur en uno de los últimos sectores donde las posibilidades de obtener un recurso es confiable.

Cada día falta menos para que se empiece a discutir la renovación del Sistema del Tratado Antártico. No es un misterio la fuente de recursos vivos, minerales, fuente de agua dulce, etc. que representa el continente blanco. El turismo antártico es una posibilidad que tienen los países de hacer presencia y prestar servicios a esa multitud de turistas.

A las claras, nadie quiere llegar tarde a la fiesta, los interesados ya tienen su entrada.

Algunos ejemplos:

  • El gobierno ilegítimo de Malvinas está encarando la obra de reemplazo de sus servicios portuarios con un puerto de capacidades bien definidas: un sector para pesca, otro para servicios y uno establecido para turismo antártico. Prolijo. Su objetivo: pesca, servicios offshore, turismo antártico, control del Atlántico Sur.
  • Puerto Williams se encuentra en lo mismo, ampliando su capacidad de servicios y apuntando sus cañones al turismo antártico.
  • Punta Arenas hace ya varios años le ha arrebatado a Ushuaia la provisión a buques y aeronaves de logística antártica y científicos. Posee facilidades de mantenimiento y controla el flujo del Estrecho de Magallanes.
  • Montevideo con su ímpetu comercial continúa aumentando sus capacidades para seguir apoyando la industria pesquera de terceras banderas que disfrutan la falta de acuerdos en el Atlántico Sur.
  • China, que ya tiene una estación de observación del espacio profundo en Neuquén, y que depende del Ejercito Popular Chino, busca facilitar con créditos la construcción del declamativo Polo Logístico Antártico en Ushuaia. Esperemos que no sea uno “leonino” como el que actualmente sufre la República de Montenegro. También quiere competir por el servicio de balizamiento y dragado de la Hidrovía Paraná-Paraguay.
  • Estados Unidos envió al Jefe del Comando Sur a la Argentina, el cual modestamente hizo una serie de donaciones para combatir el COVID-19. También se destacó al Guadacostas “Stone” para colaborar con la pesca ilegal en el Atlántico Sur.
  • Rusia sabemos que tiene una afinidad particular con nuestro país, y está siempre dispuesta a disputar o buscar los espacios que los países de la OTAN dejan libre.

Así las cosas, los invitados ya están mostrando sus credenciales y pasando a buscar un lugar cerca de la pista de baile.

Por otro lado, en la capital de la “provincia marítima” nada nos acongoja, nos perturba, ni nos motiva. A dónde estamos parados:

  • Alegremente seguimos inaugurando en su quincuagésimo aniversario la idea de un cruce por aguas argentinas, para seguir fomentando el transporte en camión. Casi hubo pánico hace unas semanas con el corte de ruta en Chile, una advertencia que deberíamos tomar para replantearnos nuestro modo de comerciar.
  • Pensamos que el proyecto del “Canal Magdalena” romperá con las leyes impositivas y laborales retrógradas, y comenzará a abaratar los costos de los productos en la góndola del supermercado (que, si todo sigue igual, no navegarán una solo milla por aquel ya que se seguirán trayendo por camión), traerá nuevos aires de soberanía al Atlántico Sur, y muchos beneficios más. Siempre es importante tener una ruta al Sur, pero la autopista no soluciona el problema logístico de fondo en los extremos.
  • Podemos también seguir creyendo que prolongar el muelle de Ushuaia hasta las Islas Bridges va a aumentar nuestra capacidad de turismo, con una licitación que en sus especificaciones técnicas contempla el DWT (el peso de los agregados: combustible agua y carga entre otros) pero no lo hace con el peso del propio buque. Es que a los fueguinos nos gusta desafiar la física y licitaríamos si fuera necesario la construcción de un puente para que cruce el conductor con su valija y combustible, pero no contamos el peso del auto, pequeño detalle que el lector lo tomará como algo sin importancia. A la página de internet de la Dirección Provincial de Puertos me remito, que consigna los datos futuros y no los actuales, ya que los buques no continúan amarrando a la espera de la construcción...
  • También desde la capital fueguina nos enorgullecemos con un proyecto de estación y muelles para catamaranes, en la imagen 3D podemos observar como el edificio de acceso turístico cambia su forma y se consignan unos muelles muy pintorescos. También, lo más importante, siguen circulando los camiones con contenedores, en conjunción con reefers de pescado y los autoelevadores. ¿Alguien en su sano juicio piensa que el turista con su valija circula seguro por esa senda peatonal? ¿Eso es enfoque al cliente? ¿Por qué no modernizar la totalidad del sistema turístico, separando la logística operativa del centro de la ciudad?   
  • Nada nos apasiona tanto como no darle un puerto a Río Grande. Se presenta como la ciudad industrial provincial, en la que habitan más de cien mil habitantes rehenes de la logística por camión y la marítima desde Ushuaia.

La fiesta ya empezó, como Provincia inmersa en el Atlántico Sur nos encontramos autoproclamándonos como los dueños, como la “puerta”. La realidad es que, si la situación no cambia y se atienden los temas en forma concreta, dejando las mezquindades personales y profesionales, la siesta de 20 años que han tomado en cuestiones marítimas las autoridades de la provincia nos convertirán más que en la “puerta”, en el “portero”. La veremos de afuera.

Los interrogantes:

¿Es factible emplazar un sistema logístico con verdadera conectividad para una provincia marítima bicontinental? ¿Podremos admitir que necesitamos una tercera opinión para generar una nueva política disruptiva? ¿Profesionalizaremos el ente técnico que representa la Dirección Provincial de Puertos?

¿Soluciona los graves problemas que nos hacer perder competitividad año a año con burocracia excesiva y trabas en la logística?

¿Realmente pensamos que el slogan “puerta de entrada a la Antártida” y la situación geográfica de privilegio nos darán un “pase libre” al salón de baile? A la definiciones nos atendremos: capacidad para competir; rivalidad para la consecución de un fin.