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Christian Bisso
Periodista

Director/Editor en www.costopolitico.com.ar


POLITICA
Tierra del Fuego, a tiro de una elección de posibles reelecciones

15/01/2023. Los tres intendentes y el gobernador pueden optar por ser reelegidos sin cruzar sus aspiraciones. De similares convicciones, cada una muestra su propio matiz de cara al electorado.

Tierra del Fuego, a tiro de una elección de posibles reelecciones

Por primera vez en la era moderna, Tierra del Fuego atravesará un proceso eleccionario donde sus actuales representantes ejecutivos podrán optar por la reelección de forma simultánea. Si bien no hay confirmaciones oficiales, se sobreentiende que tanto Gustavo Melella como Martín Perez, Daniel Harrington y Walter Vuoto tendrán a mano la posibilidad de someterse al arbitrio popular cuando sea que se concreten los comicios en las tres ciudades fueguinas.

Y el escenario actual, donde prima el rumor y la incertidumbre, abona múltiples interpretaciones sobre las fortalezas y debilidades de cada potencial candidato, como así también el tablero donde las piezas, al menos por ahora, se mueven con cautela.

Un gobernador, con aspiraciones

Gustavo Melella apuntaría a la continuidad. Si bien esquiva respuestas cada vez que es requerido por la prensa, el mandatario provincial ya le confirmó a los más cercanos sus intenciones de continuar otros cuatro años al frente del cargo lectivo más importante de Tierra del Fuego.

Cimenta sus posibilidades en la buena relación con el gobierno nacional, que al menos por ahora no habría puesto objeciones para que pelee por la reelección. Asimismo, el plan de revitalización de los salarios estatales es otra espada que blandirá en campaña y en ese contexto, los escasos conflictos con los principales gremios y la ‘paz social’ son argumentos a los que Melella seguramente echará a mano. La gestión de la pandemia de COVID-19 es otro punto a favor.

Sin embargo, hay una percepción un tanto pesimista en sectores medios, no involucrados directamente con el Estado, donde se sigue reclamando por viejos asuntos de la provincia, aún sin resolver: el alarmante déficit habitacional, la cada vez más escasa creación de empleo en el ámbito privado y los costos de la estructura política -siempre ascendentes- son algunos de los puntos cuestionables de su primer mandato.

Mellela y Urquiza, la fórmula en 2019

Lo que sí tiene muy claro Melella es que FORJA -su espacio político- por sí solo no puede ganar una elección. Tal como ocurriera hace casi cuatro años con el Movimiento Popular Fueguino (MPF), el actual mandatario es permeable a formar un binomio con suficiente fuerza política que le aporte caudal electoral.

La primera opción son los sectores disidentes del Partido Justicialista (PJ). Ofendidos con el modelo de gestión del presidente del PJ fueguino, Walter Vuoto, y bajo la premisa repetida casi de memoria que las divisiones y la falta de unidad del ‘campo nacional y popular’ fortalecen a Juntos por el Cambio (JxC), hoy suenan como potenciales aliados del gobernador en su cruzada electoral.

Pero nada está dicho. Porque el apoyo desde la Casa Rosada puede licuarse si Alberto Fernández queda definitivamente corrido de la contienda electoral, tal como muchos analistas políticos presuponen. Allí será fundamental la presión que sectores ligados al kirchnerismo ‘duro’ y al massismo puedan ejercer si es que Melella no termina de convencerlos como la mejor opción de cara a los comicios.

Tres ciudades, tres realidades

Los intendentes también tienen la opción de pelear por un nuevo mandato, aunque dos de los tres jefes comunales aún no hayan confirmado sus intenciones electoralistas. El único que se anotó en la carrera con suficiente antelación fue Daniel Harrington.

Su gestión lo avala. Llegó al mandato en la ciudad más joven de Tierra del Fuego de forma sorpresiva, pero con el aval de una ciudadanía hastiada del modelo de Claudio Queno, quien se dice tendría intenciones de volver a la contienda electoral.

En poco más de tres años, Harrington demostró que era cierto que en Tolhuin se podía hacer política de otra forma. Primero reforzó su vínculo con el gobierno nacional. Gestionó obras, consiguió fondos y lejos de recluirse, puso a Tolhuin en un plano de decisiones nunca antes visto.

Harrington, en sintonía política y de gestión con Melella

Encaró la transformación de la ciudad mediterránea desde el Estado hacia adentro y, por supuesto, hacia afuera. Cesaron viejas prácticas y ciertas costumbres que eran vistas con desdén y hasta con cierto tono burlón en el resto de la provincia. Hoy Tolhuin es una ciudad con evidentes mejoras institucionales y con un grado de avance impensado hace algunos años.

Por su parte, en Río Grande, Martín Perez también parece consolidado y camino a la reelección. Mesurado en sus declaraciones, cada vez que pasó un micrófono por delante suyo optó por no hablar de candidaturas y centrar la mirada en la gestión cotidiana de una ciudad en constante crecimiento.

Perez cuenta con el aval de una gestión ordenada, sin estridencias políticas, escándalos o disputas. Centró todas las energías en el desarrollo de infraestructura con obras que ornamentaron la ciudad -la Plaza del Centenario, por ejemplo- y otras que van de la mano de la expansión urbana, tal el caso del muro costanero o la Doble Santa Fe.

La obra pública, hilo conductor de la gestión Perez

El intendente de Río Grande entendió que la desmesura política no conducía a buen puerto e instruyó a sus funcionarios en una línea de trabajo que parece haberle rendido frutos. Consensuó con diversos sectores políticos y sociales y hasta logró que el Concejo Deliberante disimule los matices cuando se trataba de discutir proyectos de suma necesidad para el Ejecutivo.

El caso de Walter Vuoto es, sin dudas, el más llamativo de los tres. El intendente de la Municipalidad de Ushuaia puede optar por ser gobernador o por pelear por un tercer mandato en la capital fueguina. Pero nadie sabe aún qué piensa hacer.

Para el primero de los casos necesita contar con el aval de múltiples sectores a los que hoy se los percibe muy cómodos trabajando cerca de Melella. Para la segunda opción -quizás la más viable- requiere de la aprobación del Superior Tribunal de Justicia.

Las opciones de Vuoto, atadas al contexto nacional

En cualquiera de los dos casos, Vuoto parece no haber seguido el manual de estilo que impusieron Perez y Harrington: receloso del gobierno nacional, esquivo con el Ejecutivo provincial y distante de sus pares locales, apuesta un pleno al designio del kirchnerismo ‘duro’, hoy único salvoconducto viable según sus convicciones, pero claramente insuficiente.

En cualquiera de los casos, le espera un arduo trabajo a Vuoto. Tanto para disputar la gobernación como para sostener su estructura política local en Ushuaia, el intendente tendrá enfrente rivales que están dispuestos -y hasta ansiosos- por darle batalla sin importar el frente en el que decida llevar adelante la contienda.