Rosario-. Ya es una realidad: a partir de hoy y durante seis meses, 400 colectivos que brindan servicio urbano en la ciudad de Rosario comenzarán a funcionar con biodiésel.
El proyecto denominado BioBus tiene como objetivo testear el funcionamiento de las unidades, mostrar los beneficios vinculados con la menor emisión de gases de efecto invernadero y poder replicar esta experiencia en otras ciudades del país.
De ese total, 394 unidades ya están funcionando con un corte de 25% de biodiesel, mientras que las seis unidades restantes utilizarán un 100% de este derivado de soja como combustible.
Cabe destacar que, en la actualidad, el corte obligatorio para el biodiésel en todo el país está fijado en un nivel del 10%.
El plan piloto BioBus fue posible a partir de una fuerte vinculación entre el sector público y privado.
De hecho, este martes, en el predio de La Rural, el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, encabezó la firma de un convenio marco con representantes de la Municipalidad de Rosario y con directivos de las dos cámaras que participan de la experiencia: la Cámara Argentina de Empresas Regionales Elaboradoras de Biocombustible (CEPREB) y la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio).
Durante la presentación, Mónica Alvarado, secretaria de Transporte y Movilidad de Rosario, destacó que "para 2050, las dos terceras partes de la población mundial van a vivir en ciudades. Por eso tenemos un eje puesto en la innovación y la sustentabilidad y por eso encaramos esta experiencia".
"Hemos realizado un estudio en la ciudad que determinó que el 24% de los gases de efecto invernadero los genera el transporte. Por esto estamos analizando cómo mitigar los efectos nocivos del cambio climático y, en esta dirección, las energías alternativas, como el biodiésel, tienen un espacio importante", afirmó.
El hecho de que esta ciudad santafesina haya tomado la iniciativa y se convierta en la primera a nivel nacional en la historia en encarar una experiencia de este tipo no es casualidad: en esa provincia se produce el 80% de todo el biodiésel que se genera en la Argentina.
Esta industria está conformada por grandes empresas, principalmente orientadas a la exportación y también por Pymes que, según el gobernador, "en los últimos 10 años incorporaron tecnología y han hecho inversiones importantes, con una mirada puesta en el consumo interno".
Al trazar un análisis sobre el entramado productivo a nivel nacional, el relevamiento indicó que hay unas 37 plantas con una capacidad conjunta de 4,4 millones de toneladas. De ese total, unas 25 son pequeñas y medianas empresas, que generan un importante efecto derrame en diferentes economías regionales.
Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, en 2017 el grado de utilización de la capacidad instalada de la industria del biodiesel en Argentina fue del 65%, "razón por la cual hay capacidad suficiente para que crezca la producción".
En diálogo con iProfesional, Leonardo Nicolini, vicepresidente de CEPREB, afirmó que "hace ocho meses que estamos trabajando con Carbio, con el grupo de ingenieros y con la provincia de Santa Fe para llegar a este punto de partida".
"Nosotros estamos aportamos la experiencia de todas las plantas en cuanto a producción, almacenamiento y logística, para poder llegar en tiempo y forma con un producto óptimo para poder cortar con el biocombustible fósil", agregó.
Nicolini agregó que "poder estar el sector público y privado en una misma mesa de trabajo para abordar este tipo de iniciativas es muy positivo para todo el sector".
Cómo se estructurará el plan
Durante la presentación, Alberto Garibaldi, de la consultora ALG, y uno de los responsables de articular esta experiencia desde el punto de vista técnico, afirmó que el objetivo final "es impulsar esta iniciativa a todo el país".
"Un proyecto así tiene que ser sustentable y sostenible", indicó.
En este sentido, explicó que la iniciativa cuenta con una serie de pasos bien delineados, que incluye desde estudios de factibilidad hasta experiencias de campo.
"Durante seis meses vamos a estar probando estas 400 unidades, de modo que cuando finalicemos la experiencia, el margen de error va a ser casi nulo. También vamos a realizar auditorías y el paso final, que es la validación, con las conclusiones sobre la experiencia", indicó.
"El hecho de poder llevar adelante esta experiencia urbana, con unidades funcionando durante seis meses con biodiésel al 25% y seis de ellas haciéndolo con este biocombustible puro es tremendamente importante y abre un futuro con posibilidades enormes", indicó.
Un objetivo a mayor escala
Verónica Geese, secretaria de Energía de Santa Fe, indicó que "la Argentina tiene una mirada que está un poco atrasada respecto del biobiesel, frente a otros países como Brasil".
Por eso, llamó a "plantear una visión hacia el futuro y a nivel nacional" en cuanto a la política de biocombustibles.
La funcionaria provincial destacó que el marco regulatorio que regula el uso de biocombustibles en el país (la ley 26.093) vence en 2021. Frente a esto, planteó la necesidad de "enviar señalas claras a todo el país" y tener una mesa de discusión con el Gobierno Nacional "para fijar una agenda de largo plazo".
"El proyecto BioBus va a demostrar que funciona y habrá que pensar cómo esto también puede beneficiar a toda la Argentina, por su impacto económico y ambiental", indicó.
Según la BCR, "el biodiesel es un ejemplo de tecnología aplicada a resolver los problemas ambientales pues es un combustible limpio y que se destina a reemplazar al gasoil y otros combustibles derivados del petróleo, sin sus problemas contaminantes".
Hacia adelante, Nicolini, de CEPREB, planteó la necesidad de trabajar en la diversificación del uso del biodiésel, como es la generación de energía eléctrica, lo que permitirá "tener un mayor impacto positivo en las economías regionales y reducir las importaciones".
En este sentido, un informe de la BCR resaltó que un mayor uso de biodiésel, tanto para el transporte como para la generación de energía, "le permitiría a Argentina importar menos combustibles, especialmente gasoil".
En el año 2017 se compraron en el exterior combustibles minerales, aceites y otros por u$s5.461 millones de dólares.
De ese total, las importaciones de gasoil ascendieron a u$s1.504 millones de dólares.
En tanto que las de gas natural en estado gaseoso, las que llegaron principalmente desde Bolivia en el 2017, ascendieron a u$s1.257 millones. Por otra parte, las compras de gas natural licuado alcanzaron los u$s974 millones, para lo cual ingresaron 68 buques a Escobar y Bahía Blanca.
En este contexto, la entidad rosarina destacó que "si Argentina avanza en el uso de biodiésel en los equipos de transporte y de generación eléctrica existentes, se evitaría este gasto innecesario en divisas por importación de combustibles y se crearían nuevos empleos y trabajo genuino por la producción adicional de biocombustibles. También sería muy favorable el impacto en la producción de oleaginosas debido a este mayor consumo".