Rossi explicó que “una corrida es cuando hay especuladores que a través de movimientos económicos apuestan a que mediante la devaluación o la tasa de interés tratar de generar recursos desde el punto de vista financiero, eso lo vamos a saber en el mediano plazo”.
Agregó que “el problema, en el mientras tanto, los que está en el medio es la gente. Lo primero que se resiente en una economía cuando aumenta la tasa de interés son los sectores de menores recursos que no tienen capacidad de ahorro y sus principales fuentes de ingresos las destinan para comer y para cuestiones de consumo; el que tiene capacidad de ahorro y tiene espaldas no tiene problemas porque puede comprar Lebac o dólares y no va a tener inconvenientes”
El contador Paulino Rossi entendió que “los sectores más frágiles son los que tendrán inconvenientes y por eso que hay que prestar mucha atención, máxime en una provincia donde las pautas salariales de los trabajadores del sector privado están por debajo de la línea de inflación y ni hablar del Gobierno provincial que ni siquiera ha ofrecido una pauta de recomposición salarial a los trabajadores estatales”.
Entendió el edil de la UCR que este contexto “va a generar una tensión social que hay que seguirla muy de cerca por lo vulnerable de los sectores de menores recursos que son los primeros que sienten cuando la economía tiene estos indicadores”.
Consideró que tanto el Gobierno provincial como los municipios “tienen que tener capacidad de reacción para atender a los sectores más vulnerables de la sociedad. El Municipio de Río Grande hace permanentemente un seguimiento muy de cerca los casos sensibles desde lo social; pero lamentablemente la provincia no tiene la misma capacidad de respuesta porque automáticamente cuando hay un proceso inflacionario -donde se devalúa el tipo de cambio- hay ingresos a nivel provincial que automáticamente decrecen como las Regalías y la actualización de Ingresos Brutos que siguen linealmente a la inflación”.
En este sentido Paulino Rossi dijo que “hay que ver de qué manera se puede mantener el equilibrio en las cuentas públicas para sostener el poder adquisitivo de los trabajadores porque sino se les va a complicar muchísimo llegar a fin de mes y esto no es una cuestión política, sino de equidad sostener el poder adquisitivo del dinero; pero, a la par tener una capacidad y una sensibilidad como Estado para sostener a los sectores más vulnerables que son las familias con de menores recursos y que además tienen muchos chicos”.
Finalmente Paulino Rossi compartió que “tenemos que estar muy atentos porque la situación no es buena y hay que tener capacidad de respuestas porque no es nada agradable atravesar este tipo de situaciones, tener capacidad de reacción porque la situación es muy tensa desde lo social, ojalá que estemos a la altura de las circunstancias”.
De esta manera, el billete no llegó a acompañar al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), donde la divisa escaló 70 centavos en los minutos finales de la rueda para terminar también a $ 23. Con respecto a la jornada previa, avanzó $ 1,80 (ó 8,5%).
Durante la rueda, el cambio de estrategia del Banco Central desconcertó a los operadores de la plaza cambiaria: en la primera parte de la rueda intervino con ventas por unos u$s 400 millones (en total sacrificó en la rueda u$s 451 millones) y anunció una suba de la tasa de interés de referencia en 300 puntos básicos al 33,25%. Al mediodía, inesperadamente, abandonó el control del tipo de cambio.
"En la última hora, el spread entre comprador y vendedor era de más de 70 centavos y de esa forma los operadores no tenían una referencia de cuál era el valor real y sensato de la cotización de la divisa norteamericana", indicó el analista Fernando Izzo, de ABC Mercado de Cambios. Agregó que "por esa razón, se frenó el volumen operado del sistema Siopel, cuando llegó a u$s 969 millones, con lo que retrocedió un 14% con respecto al cierre previo".
Una combinación "explosiva" de factores externos y, sobre todo, locales provoca desde la semana pasada una inusitada demanda de dólares, que dio lugar a una disparada de la cotización del billete. Entre los más importantes, se destacan la entrada en vigor del impuesto a la renta financiera; los tironeos políticos y económicos sobre tarifas; la suba de tasas en EEUU y una mayor apreciación global de dólar.
En las últimas siete ruedas, la autoridad monetaria vendió unos u$s 5.300 millones, con lo que desde principios de marzo sacrificó unos u$s 7.700 millones en su intento por contener al tipo de cambio.
En el mercado de dinero entre bancos el "call money" operó al alza a un promedio del 36% TNA. En "swaps" cambiarios se pactaron u$s 133 millones para tomar y/o colocar fondos en pesos mediante el uso de compra-venta de dólares para el viernes y el lunes próximo. Las tasas de Lebac en el mercado secundario se operaban al plazo de 13 días a 40% TNA y la de 104 días al 36% TNA.
En el Rofex, donde se negociaron u$s 570 millones, más del 60 % se operó en mayo a $ 23,81 con una tasa de 45,9% TNA y junio a $ 24,65 con una tasa de 45,15%. Los plazos subieron en promedio más de dos pesos.
En la plaza paralela local, por su parte, el blue se disparó dos pesos a $ 23,50, según el relevamiento de este medio en cuevas del microcentro porteño. El "contado con liqui", en tanto, saltó $ 1,46 a $ 22,75.
Por último, las reservas del BCRA disminuyeron este jueves u$s 146 millones hasta los u$s 56.144 millones.
Por su parte el Cronista Comercial observó que es el nivel más alto desde la salida de la convertibilidad. El dólar minorista sumó un peso y medio luego de avanzar 70 centavos ayer. La intervención de la autoridad monetaria no alcanzó ni mediante la venta de reservas ni con el alza de la tasa a 33,25%.
El dólar trepó con furia en la City porteña. El Banco Central (BCRA) vendió divisas solo por la mañana y en poca cantidad, y sobre el mediodía subió la tasa de política monetaria pero los resultados no acompañaron.
En el mercado minorista, la divisa cerró casi un peso y medio arriba a 22,99 pesos, según el promedio que realiza el Central. En algunos bancos de la City la cotización superó los $ 23,70.
El dólar mayorista no se quedó atrás y avanzó un peso ochenta centavos hasta los $ 23. Solo en la primera hora de negociación, la divisa sumó 30 centavos en el MULC y obligó al Banco Central a salir a marcar la cancha con la venta de reservas.
Cuando el mayorista, que arrancó en $ 21,20, rozó los $ 21,50 la entidad que dirige Federico Sturzenegger volcó al mercado u$s 451 millones.
Después de la intervención, el Central se apartó, pero el mayorista volvió a tomar impulso hasta tocar los $ 21,90. A esa misma hora, las 11:49, el BCRA anunció una suba de 300 puntos en la tasa de política monetaria hasta los 33,25%.
Sin embargo, la decisión no generó una baja fuerte del dólar en el MULC como si sucedió el viernes, cuando el Central subió a 30,25% la tasa y la divisa se mantuvo firme a $ 21,77.
En la última hora de operaciones el dólar se desmadró, se desbocó y se fue por encima de los $ 23 ante la mirada atónica de los operadores que coinciden en no comprender cuál fue la jugada del BCRA. El dólar blue se movía en los $ 21,55.
El volumen operado en el segmento de contado fue de u$s 969.403 millones, por debajo de los u$s 1.132 millones de ayer y muy lejos del récord de 2.168,539 millones del 25 de abril pasado.
"Una locura, esto no tiene explicación. Se les escapó $ 2 con un volumen de apenas u$s 900 millones, no pudieron parar una corrida de u$s 900 millones", cuestionó
En este sentido, Leonardo Svirsky de BullMarket Brokers opinó que con la suba de tasas "es por donde el Central tiene que correr el dólar". "Pero pecan de inocentes y siguen perdiendo reservas", analizó.
La semana pasada, el dólar subió 1,68% y el BCRA tuvo que inyectar u$s 4300 millones para contenerlo sin suerte, por lo que la autoridad monetaria optó el viernes por subir la tasa 300 puntos.