PROVINCIALES

Brasil: Sol, playa y fiebre amarilla

El país vecino sufre un brote de la enfermedad, que ya causó al menos 20 muertos. Por esta situación, el gobierno “ruega” a los habitantes de san Pablo y Rio de janeiro para que se vacunen. Los turistas argentinos hacen largas colas para aplicarse la vacuna.

Brasil: Sol, playa y fiebre amarilla

Si bien las autoridades de Brasil dicen que no hay un brote, la fiebre amarilla se instaló en la agenda de ese país, y la región. La negativa a declarar la alarma se contradice con el ruego del secretario de Salud de la gobernación de Río de Janeiro, Luis Antonio Teixeira Júnior, quien "imploró" a los habitantes de su ciudad que se apliquen la vacuna. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyo a San Pablo, capital económica del país, entre los territorios donde se recomienda inmunizarse, lo que disparó la preocupación. Las playas brasileras están en esta época del año plagadas de argentinos, lo que puso a la enfermedad entre los temas sanitarios de nuestro país. Por estas horas, hay largas colas en Capital federal y el interior del país para aplicarse una dosis, que según las regulaciones es válida diez días luego de su aplicación, y que su pico de eficacia lo alcanza a los 30 días. Una vez pasado este tiempo, la inmunización dura una década.

 

El número de muertes por fiebre amarilla en Minas Gerais, el segundo estado más poblado de Brasil y el más afectado por la enfermedad, subió a 15 de entre 22 casos confirmados, según un informe epidemiológico divulgado el miércoles por la secretaría regional de Salud. El número de muertes por el virus contabilizadas en Minas Gerais prácticamente dobla las 7 registradas en ese estado en el boletín divulgado la víspera por el Ministerio de Salud, en el que se reconocen 20 óbitos de entre 35 casos confirmados en todo Brasil desde julio de 2017 hasta el 14 de enero de 2018 (con otras 11 muertes en San Pablo, una en Río de Janeiro y otra en Brasilia). Minas Gerais fue igualmente el estado más afectado por el brote de fiebre amarilla registrado en la región sureste de Brasil a finales de 2016 y comienzos de 2017 y que dejó 262 muertes y 779 casos comprobados de contagio. Según la secretaría de Salud de Minas Gerais, entre julio de 2016 y junio de 2017 fueron registrados 475 casos confirmados de fiebre amarilla en ese estado, con 162 muertes, aunque el último caso fue contabilizado el 9 de junio de 2017.

 

Pese a estos números, el Ministerio de Salud se niega a hablar de un nuevo brote en el país y asegura que tiene vacunas para inmunizar a toda la población. "En este momento no estamos hablando de un brote, estamos hablando de un aumento de incidencia contenido en esos estados", dijo el martes en una rueda de prensa el secretario ejecutivo del Ministerio de Salud, Antônio Nardi, en declaraciones a la prensa internacional. Actualmente, 15 estados brasileños y su capital, Brasilia, están bajo observación por posibles contagios, luego de que se reportara en los últimos días un fuerte aumento de casos en San Pablo, Minas Gerais y Río de Janeiro, donde ya hubo al menos 34 muertes desde enero de 2017, consignó DPA.

 

A raíz de esto, desde el Ministerio de Salud de la Nación lanzaron un conjunto de recomendaciones contra la enfermedad, que se transmite a través de la picadura de algunas especies de mosquitos. Al no tener un tratamiento específico, la prevención es fundamental y consiste en el uso de repelentes, ropa de mangas largas y colores claros y uniformes, además de la instalación de mosquiteros o aire acondicionado en el lugar de hospedaje. A raíz de esto, desde el Ministerio de Salud de la Nación lanzaron un conjunto de recomendaciones contra la enfermedad, que se transmite a través de la picadura de algunas especies de mosquitos. Al no tener un tratamiento específico, la prevención es fundamental y consiste en el uso de repelentes, ropa de mangas largas y colores claros y uniformes, además de la instalación de mosquiteros o aire acondicionado en el lugar de hospedaje.

 

La vacuna es elaborada con virus atenuados. Si se recibe luego del segundo año de vida, una dosis es suficiente para toda la vida, proporciona protección al cabo de diez días de su aplicación, es segura y raramente causa efectos adversos. Las contraindicaciones rigen para embarazadas, niños menores de 6 meses y personas con antecedentes de alergia a cualquiera de los componentes (huevo, proteínas de pollo o gelatina) o alteraciones del sistema inmune (incluyendo la infección por VIH). También para individuos que sufran enfermedad del timo, miastenia gravis, síndrome de Digeorge, tumores malignos, patologías que requieran tratamientos con inmunosupresores y/o inmunomoduladores o que hayan sido sometidos a trasplantes de órganos. Tienen un riesgo mayor de sufrir efectos adversos los niños entre 6 y 8 meses de vida inclusive y los adultos de 60 años o mayores que se vacunan por primera vez contra la fiebre amarilla. En tanto, las mujeres que se encuentran en período de lactancia entre el nacimiento y los 8 meses inclusive podrían transmitirle el virus vacunal a sus hijos a través de la leche.

 

La vacuna es recomendada para viajeros internacionales que se dirijan a los estados de las regiones Centro-Oeste y Norte de Brasil, Minas Gerais, Río de Janeiro, Espírito Santo y Maranhão, además de partes de los estados de la Región Sur, Bahía y Piauí. Por eso, hay largas colas en los diversos puntos donde se aplica gratuitamente. Para conocer los lugares de vacunación, pueden ingresar a: www.argentina.gob.ar/salud/viajeros/vacunatoriosfiebreamarilla

 

Fuente: miradaprofesional.com

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