Camino al 2015, mucha efervescencia pero pocas propuestas

La clase política fueguina está convulsionada. Los tiempos han cambiado y a la pasividad que se podía observar previo a elecciones provinciales hace varios años atrás, se observa por estos días una efervescencia inusitada.

Si bien los nombres en danza se cuidan de develar sus aspiraciones, ya son varios los que ‘construyen’ pensando en 2015 aunque falten muchos meses por delante. Así, los principales referentes políticos de la provincia se debaten entre el trabajo silencioso y las declaraciones -y acusaciones- grandilocuentes.

En la UCR, a media máquina

La Unión Cívica Radical es, desde hace algunos años, una fuerza convocante y con un caudal de referentes con posibilidades de candidatearse que convierte a esa posición favorable en, paradójicamente, parte de su dilema.

El intendente de la Municipalidad de Ushuaia, Federico Sciurano, es la máxima autoridad del radicalismo y a su vez, número puesto para pelear la gobernación. Sciurano basa sus posibilidades en el armado capitalino y en la fortaleza que le pueda aportar los acuerdos a los que arribe en Río Grande, donde parece cada vez más alejado del intendente Gustavo Melella.

En el círculo cercano de Sciurano saben que no cuentan con Melella. Por ello, se lanzaron a la captación de referentes de otras fuerzas de menor preponderancia pero que pueden garantizarle un interesante caudal de votos.

Sin embargo, puertas adentro hay mucho por resolver. La foto que Sciurano se tomó con Sergio Massa generó algunas polémicas y hasta obligó al legislador a Pablo Blanco a aclarar que el radicalismo fueguino está incluido en el Frente Amplio Unen, quizás en un intento de ‘marcarle la cancha’ a varios referentes.

La pelea por las intendencias también merece un párrafo aparte. Allí no hay referentes lanzados con claridad aunque uno que planteó su interés en postularse fue el legislador Juan ‘Pipo’ Rodríguez, quien aclaró que si Gustavo Melella no se alinea, él puede convertirse en una opción para el electorado radical. Mientras, en Ushuaia la cosa no parece tan clara.

El MPF toma carrera

El Movimiento Popular Fueguino atraviesa una etapa clave. Tras varios años de escaso vuelo electoral, las últimas elecciones confirmaron que el partido provincial recuperó parte de su poder de fuego.

Así, se preparan para atravesar una elección donde buscarán afianzar los buenos resultados obtenidos en los últimos comicios. Sin embargo, parte de la suerte de ese partido político estará atada a la decisión de Jorge Garramuño, permanente candidato y constante cara visible del mopofismo.

*frase_1 “Una cosa es con Garramuño y otra diferente va a ser sin él. Todo depende de lo que haga”, aseguró a delfuego noticias un referente mopofista que ata la suerte del partido a lo que decida el actual senador fueguino.

En Ushuaia, todo parece indicar que el concejal Damián De Marco peleará por la intendencia mientras que en Río Grande, la edil Miriam Boyadjian haría lo propio. En caso de ratificarse la tendencia, los candidatos a intendentes del MPF saldrían desde el Concejo Deliberante de cada ciudad.

El FPV, por la revancha

El Frente Para la Victoria (FPV) tuvo un excelente comicio hace poco más de un año, cuando sus candidatos a diputados y senadores consiguieron un importante triunfo electoral. En ese piso basa parte de sus aspiraciones, con un contexto nacional y provincial que puede ser muy diferente al de hace cuatro años.

Precisamente, Rosana Bertone no oculta sus intenciones de buscar revancha. Sin embargo, Julio Catalán Magni parece estar haciendo su propio camino. Y en el medio, La Cámpora que busca hacerse de su propio espacio.

Lo que sí es de esperar que el FPV genere alianzas con otros espacios entre los que se podría contar a Gustavo Melella, quien en más de una oportunidad ya ha expresado su afinidad con el Gobierno nacional y con Bertone y Catalán Magni, quienes le han abierto al Mandatario riograndense más de una puerta de despachos de funcionarios centrales.

El PSP, en pleno recambio

El Partido Social Patagónico (PSP) afronta un momento de transición que lo obliga a redoblar esfuerzos de cara al 2015. Sin la posibilidad de que Fabiana Ríos vuelva a encabezar las aspiraciones electorales de esa fuerza, se abre un nuevo panorama.

Es por ello que para no poder de atracción, los principales referentes del PSP suman voces para que Ríos se convierta en candidata a Intendente de la Municipalidad de Ushuaia que, con Sciurano fuera de competencia, muestra una elección mucha más abierta.

Después, el resto es una incógnita aunque se sabe que algunos nombres no serán de la partida en la próxima contienda electoral. Ya lo dijo el titular del PSP, Daniel Ravaglia: “Nos equivocamos en la elección de algunos nombres, sobre todo en Río Grande”. Ravaglia se refería a la nómina de concejales que encabezaban Marisa Montero y Eduardo D’Andrea, que dejaron al partido sin ediles el presente período.

De todos modos, parece que habrá espacio para todos. El PSP ya anunció sus intenciones presentar candidatos en todos los estamentos ejecutivos y legislativos, tanto en Río Grande como en Tolhuin y Ushuaia, como así también a nivel provincial.

El PJ, pura incertidumbre

Los recientes resultados electorales del Partido Justicialista (PJ) distan mucho de una frase que sus referentes gustan mencionar cada vez que pueden y que en el último tiempo parece más una expresión de deseo que una realidad.

“Somos la fuerza política más convocante de la provincia”, declaran orgullosos los referentes de un partido que supo tener peso propio y que hoy, disgregado y sin alineamientos, sucumbe en una cruda realidad que fuerza a añorar el pasado cada vez con más fuerzas.

“Carlos Manfredotti no me atiende el teléfono. Así no se puede avanzar en nada”, asegura el vicepresidente del PJ, Esteban ‘Chiquito’ Martínez. Si a un histórico del justicialismo le cuesta comunicarse con el mandamás, y se queja abiertamente, el destino del partido está casi sellado.

La militancia pide elecciones urgentes. Renovar a las autoridades es, según lo que ellos expresan, la mejor manera de iniciar el proceso electoral con nuevos aires y con una conducción avalada por el voto de los afiliados.

Sin embargo, todo parece ir en contrario de esa noción. No da la impresión que Manfredotti vaya a llamar a elecciones en un corto lapso de tiempo y muchos, por lo bajo, ya aseguran que la suerte está echada para un partido político que supo convocar multitudes y que hoy padece el anacronismo de sus propios dirigentes.