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UNICO CONTINENTE SIN CORONAVIRUS

Cómo es ser maestra en la Antártida

El 2020 fue, sin dudas, el año donde la pandemia de coronavirus fue protagonista. Contagios, protocolos, cambios de hábitos, cuarentenas y demás se volvieron palabras cotidianas para todo el mundo. Sin embargo, en un lugar remoto del país, no hubo casos de Covid-19, ni se alteraron rutinas, ni se produjo la suspensión de las clases presenciales. Tal fue la realidad de la Antártida Argentina.

Mariana Ibarra junto a su esposo, también docente de la escuela, Víctor Navarro y sus dos hijos.
Mariana Ibarra junto a su esposo, también docente de la escuela, Víctor Navarro y sus dos hijos.

TIERRA DEL FUEGO.- Mariana Ibarra tiene 37 años y es directora de la Escuela Provincial Nº38, Presidente Raúl Ricardo Alfonsín, situada en Base Esperanza. Este año, por segunda vez ocupó ese cargo, por el cual se trasladó desde Ushuaia, Tierra del Fuego, hacia la Antártida junto a su marido Víctor Navarro (también docente de esa institución) y sus dos hijos, Juan Ignacio y Victoriano, de 9 y 11 años respectivamente.

“Este es el segundo año que ejerzo como directora de la institución. La primera vez fue en 2018. Decidimos venir a la Antártida en el 2017, fue un proyecto familiar. Mi marido también es docente y para nosotros fue un desafío muy importante poder dar clases en ese lugar tan lejano e inhóspito”, rememoró la maestra ante Clarín.

Educar en la Antártida fue una experiencia tan gratificante para toda la familia que volver fue un pedido de los hijos de la pareja, quienes insistieron con el retorno (y lo consiguieron). Es que pasar una campaña en la Antártida –que dura entre 10 y 13 meses- es mucho más que hielo y frío, y pocos son los niños que pueden vivirlo. Según Mariana, “para Juan Ignacio y Victoriano fue una experiencia única, inolvidable. Para ellos es una aventura increíble porque les pasan cosas nuevas todos los días”.

Entre los momentos destacados que podrán rememorar sus hijos, la docente destacó “viajar en Hércules, en helicóptero, en trineos, esquiar todo el año o convivir medio año con pingüinos”. A Juan Ignacio, por ejemplo, que cursó segundo y cuarto grado en la escuela 38, le tomó la promesa de lealtad a la bandera el presidente Alberto Fernández. Su hermano Victoriano acaba de egresar allí de la escuela primaria.

Un 2020 con 14 alumnos

La dinámica del colegio es diferente a cualquiera que podamos conocer. Este año tuvo 14 alumnos: dos en el nivel inicial (uno en sala de 4 y otro en sala de 5), siete en el nivel primario (este año con todos los grados, de primero a sexto), y cinco alumnos en el nivel secundario (quienes estudian a distancia a través de una plataforma del Ejército Argentino).

 “La educación es diferente, ya que la escuela es de modalidad multigrado. Esto quiere decir que en un aula están todos los grados y lo que vamos haciendo nosotros es ir complejizando los contenidos de acuerdo a cada grado. Al ser poca la matrícula, la enseñanza es más personalizada y el proceso de aprendizaje es más enriquecedor”, sostuvo Ibarra.

Por su parte, el rol del docente también es completamente distinto. La directora destacó que no sólo tiene a su cargo las cuestiones educativas de los alumnos, sino también cuestiones sociales y emocionales de esa comunidad. “Ellos vienen de diferentes lugares de nuestro país, acompañando el trabajo de sus padres. Se conocen acá y generan vínculos que se van fortaleciendo”, explicó. Además, la escuela genera otro tipo de actividades, como los sábados de pizza, donde todas las familias comparten el evento.

Este año, la escuela tuvo otra particularidad, más allá de las características propias que conlleva su ubicación: mientras que en el resto del país el coronavirus obligó a docentes, alumnos y familias a adaptarse a la virtualidad, en la Antártida no se suspendieron las clases presenciales en ningún momento.

“La pandemia no cambió nada en la vida antártica, debido a que no tuvimos casos de Covid-19, así que no tuvimos ningún protocolo con barbijos ni distanciamiento social”. En ese sentido, Ibarra explicó que “como a fines de febrero la Antártida quedó blindada y no entraron más personas, entonces no llegó el virus”.

En tanto, según informó la agencia Télam, el 2021 la Escuela Provincial Nº38 permanecerá cerrada de manera excepcional, ya que no viajarán los familiares de los integrantes de la próxima dotación, para proteger a la Antártida del ingreso del coronavirus.

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