RIO GRANDE.- Este lunes en horas de la mañana se llevó adelante el tradicional tedeum que se realizó en la Iglesia Sagrada Familia del B° Intevu de esta ciudad.
La ceremonia estuvo oficiada por el Rvdo. Padre Aldo Marcos Moschetta y estuvo por la gobernadora de la Provincia, Rosana Bertone quien se encontraba junto al vicegobernador Juan Carlos Arcando además de representantes del orden nacional, provincial y local.
Luego, de la ceremonia religiosa, la totalidad de las autoridades y el público, se dirigieron al gimnasio del Colegio Don Bosco donde se llevó a cabo el acto central en conmemoración del 202º aniversario de la Declaración de la Independencia Argentina ocurrida en Tucumán el 9 de julio de 1816.
Como todos los años, banderas de diversas organizaciones civiles, militares, sociales y educativas acompañaron el evento.
En la oportunidad la Mandataria destacó que “la independencia, para nosotros los fueguinos, es defender nuestro trabajo, es cuidar a nuestros hermanos y es, por sobre todo reivindicar la ley de promoción industrial como lo que verdaderamente es: un derecho fueguino y no una dádiva del poder central”.
En tanto , las autoridades municipales de Río Grande rescataron “los valores de los hombres y mujeres que forjaron los cimientos de nuestro país, enfrentando con coraje y compromiso las enormes dificultades que supuso la libertad de nuestro pueblo. Como riograndenses, continuamos día a día escribiendo la historia de una tierra de trabajo, esperanza y oportunidades”.
Además de las autoridades provinciales y nacionales, estuvieron presentes representantes del municipio de Río Grande, de Tolhuin y Ushuaia.
Discurso de la Gobernadora Rosana Bertone
“Hoy celebramos un nuevo aniversario de la declaración de nuestra independencia. Celebramos la gesta patriótica de aquellos hombres que eligieron seguir el difícil y doloroso camino de la libertad sobre la facilidad de la dependencia y la dominación. Y digo difícil y sinuoso porque nunca es fácil lograr aquello que tanto deseamos, que tanto necesitamos. Luchar para alcanzarlo sin claudicar y aguantando con los dientes apretados los ataques de ese pasado que no quiere dejar entrar el futuro es a menudo doloroso, pero, cuando se logra el objetivo que une a todo un pueblo detrás de él, todo parece poco frente a lo más valioso: la conquista de la libertad y el derecho a ser, de una vez y para siempre, un país y un pueblo soberano.
En aquel Congreso de Tucumán de 1816 se decidió la libertad con todo y a pesar de todo. Gracias a esos hombres y mujeres hoy hondea nuestra bandera en lo más profundo de nuestros corazones.
La gesta patriótica, que comenzó con la revolución de Mayo de 1810, fue paso a paso sorteando las vaivenes de la época, las idas y venidas que todo cambio acarrea y las a veces crueles discusiones internas que se daban mientras se libraba una guerra contra un enemigo infinitamente más poderoso. Pero lo logramos: fuimos y somos libres en un camino que nunca termina, un camino que necesita de diálogo y de aprender uno del otro, que nos exige cada día a ser mejores.
No debe haber lugar más indicado que nuestra amada Río Grande para recordar aquel 9 de Julio. Es aquí donde todos los días los fueguinos asumimos el mandato de aquellos congresales: defender nuestra soberanía en los hechos, llevarla en nuestros corazones y defenderla con cada palabra y hasta el último aliento, generación tras generación. Es aquí donde nuestros veteranos de guerra son honrados en vida y con hechos, es aquí donde los fueguinos reafirmamos que nuestras Islas Malvinas son argentinas y forman parte del territorio de nuestra provincia. Es aquí donde sostenemos, una y otra vez, que nuestra independencia no será completa mientras nuestra bandera no flameé en toda la patria. Y toda la patria es una frase vacía si en ella olvidamos a las Malvinas.
Ha pasado mucho tiempo desde aquel 1816. Mucho. Las formas de dominación han cambiado y debemos estar atentos. Cuando se ataca al trabajo y se busca disminuir y hasta extinguir la industria fueguina, la independencia retrocede, la libertad se achica y la Nación pierde su espíritu indomable. ¿Qué hubieran hecho los congresales de Tucumán frente a esto? La respuesta no permite dudas, es una sola: hubieran luchado.
Eso es lo que estamos haciendo todos los fueguinos con su ejemplo en nuestra sangre. Estamos luchando por lo que nos pertenece, por lo que nadie nos regaló y por lo más sagrado: el futuro de nuestros hijos en esta tierra bendita. Sepan que vamos a explicar y reclamar ante quien sea y tengan la certeza de que esta Gobernadora jamás elegirá el camino más fácil. Esta Gobernadora pelea sin descanso y sin condicionamientos. La libertad del pueblo fueguino depende de ponernos de pie unidos en una misma dirección: la de defender lo nuestro.
Independencia es autonomía en las decisiones, independencia es soberanía cultural, es soberanía sobre nuestros territorios y sobre nuestros recursos naturales. Independencia para nosotros, los fueguinos, es defender nuestro trabajo, es cuidar a nuestros hermanos y es, por sobre todo reivindicar la ley de promoción industrial como lo que verdaderamente es: un derecho fueguino y no una dádiva del poder central.
Debemos fortalecer nuestra independencia como país, como provincia, como nación y como pueblo día tras día. Sepan ustedes que hacerlo no es una opción de algunos, es una obligación de todos.
Ser libres es motivo de celebración, de orgullo. Reconocer aquello que atenta contra nuestra libertad es motivo de trabajo, de sacrificio, de compromiso.
La libertad de un pueblo no se cuestiona. Es ella el motor que nos mueve todos los días, que nos da esperanza y firmeza para luchar por aquello que es de todos y que nadie podrá arrebatarnos.
Muchas gracias y Feliz Día de la Independencia para todos.