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TRAVESÍA

Desde Salta a Tierra del Fuego caminando

Jonathan Viera es un cordobés de 31 años que hace cuatro se fue a vivir a Salta. Allí realizó varias actividades como trabajar en una tienda de cerveza artesanal. Pero uno de sus anhelos era la aventura de recorrer la Argentina, ir de una punta a otra del país. Para ello puso sus pertenencias en un carrito de dos ruedas y salió a caminar la ruta.

Jonathan Viera es un cordobés de 31 años que hace cuatro se fue a vivir a Salta.
Jonathan Viera es un cordobés de 31 años que hace cuatro se fue a vivir a Salta.

SALTA.- El joven de 31 años inició su marcha hace un mes desde Salta y el sábado y domingo pasó por San Juan. El hombre transita el país tirando un carrito de dos ruedas que se le había roto.

Jonathan Viera es un cordobés de 31 años que hace cuatro se fue a vivir a Salta. Allí realizó varias actividades como trabajar en una tienda de cerveza artesanal. Pero uno de sus anhelos era la aventura de recorrer la Argentina, ir de una punta a otra del país. Para ello puso sus pertenencias en un carrito de dos ruedas y salió a caminar la ruta.

El caminante contó que “ando rengo tanto de un pie como del carro”. Sobre su situación en el pie cuenta que “al principio me apure e hice muchos kilómetros por día y al subir la Cuesta de Catamarca ahí se lesionó una de mis rodillas. Pero esto no me detiene y seguiré rengo hasta Ushuaia”.

Sobre su aventura en el camino cuenta que “mi objetivo es conocer lo más que pueda las rutas argentinas, a pie, de la forma más jodida. Quiero llegar a Ushuaia, conocer el Farol del Fin del Mundo”. Es por esto que afirma que caminando “puedo llegar a conocer personas en el vieja. Gente que me quiere ayudar porque ve al flaco caminando y dicen vamos a ayudarlo”. En esto se da la realidad de conocer a personas buenas “de que no todo lo que se ve en la televisión es la verdad porque solo reflejan muerte, violencia y de todo. A través de esto yo colaboro diciendo que a pesar de que ocurre todo esto hay gente buena en el mundo, que está dispuesta a colaborar dando una mano”.

Agrega que “este fue uno de los motivos para hacer la caminata, aparte de conocer la naturaleza. De paso sentir el silencio en la ruta, hay lugares que no son tan transitados y llegas a sentir la tensión de los cables de corriente, el aire que pasa, es increíble”. Jony, así le llaman sus amigos inició la marcha el 5 de junio.

De hecho la caminata la inició en pleno invierno. “El frío no lo sentí en la noche, me daba cuenta al otro día en la lona que estaba blanca o el agua que dejaba estaba congelada. He podido descansar bien, a pesar de que algunas noches me dolía la rodilla”, cuenta el cordobés.

Al caminante le sobran historias para contar sobre gente que le dio ayuda. “El frío lo he sentido en la ruta. Un día un hombre se paró en su auto y me dijo muchacho desayunamos. Tomamos café y me dio agua caliente. En los puestos de mandarina en Tucumán me esperaban, en Catamarca un hombre se paró y me dio bananas”. También contó que “en la ruta muchos se paraban y preguntaban si estaba bien, me daban agua, frutas, galletas”.

Contó que en la medida que iba avanzando, “hay gente que se contactaba y me esperaban o me brindaban ayuda. Una persona fue hasta una estación de servicio donde dormía y se puso a tomar mates conmigo. También hubo gente que me dio techo y pare a dormir dos o tres días en esos lugares. Es una aventura increíble y hay muy buenas personas en el mundo y gracias a Dios esos ángeles en el camino me los he cruzado”.

La ayuda en San Juan
En el camino fue detectado a la altura de Bermejo con el carro roto, donde el hombre dificultosamente lo tiraba. Miguel Guillen, sanjuanino perteneciente a una asociación internacional de motoqueros, se pudo en contacto con el joven el sábado pasado y fue en su ayuda y lo trajo hasta la Ciudad de San Juan donde hicieron las reparaciones para que pueda seguir su camino a la provincia de Mendoza.

Viera cuenta que al principio “al carro lo tiraba con las dos manos pero se desoldó uno de los agarres, el de la mano izquierda. Al principio iba con el de la mano derecha, y al otro lo tiraba con cuerdas, pero me era inútil porque todo el peso lo llevaba de un solo lado y me jodía el hombro”.
Por último contó que el viaje lo va registrando a través de Facebock e Instagram donde va subiendo las fotos que hace en el camino. En ambos casos los interesados lo pueden hacer a través de Huellas de Jony.

Reacción familiar
Cuenta que cuando informó a su familia que iba a realizar esta aventura le dijeron que “estaba loco, que tenga cuidado, que iban a pasar cosas feas, que no estaban conformes con esto y que pensara en el día de mañana. No estaban de acuerdo de mi idea de vivir así un tiempo”.

Fuente de la Información: diarioelzondasj.com.ar

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