PROVINCIALES

Por la presión social, el gobierno rionegrino no instalará la central nuclear

Sin margen social y debido a los magros resultados electorales que cosechó la fuerza política del gobernador de Río Negro, el mandatario le anunció a la Nación que no construirá la polémica central nuclear. La unión ciudadana fue determinante.

Por la presión social, el gobierno rionegrino no instalará la central nuclear

Es una buena noticia para todos los vecinos de la provincia y de la región. La presión social fue determinante para que el gobernador de Río Negro Alberto Weretilneck finalmente le anunciara al gobierno nacional que en su provincia no se hará la polémica central nuclear. Desde el Ejecutivo Nacional la respuesta no se hizo esperar: “Habrá consecuencias en el trato entre la provincia y la Nación”

La unión de los rionegrinos fue sólida y compacta desde el primer día en el que se conoció que la energía nuclear vendría a la provincia. No se la quiso de entrada, y el pueblo se expresó con marchas cada vez más multitudinarias. El epicentro de este rechazo se dio en Viedma. Los magros resultados que obtuvo la fuerza política del gobernador terminaron por influir y acelerar la decisión de no instalar la planta.

“Este proyecto no tuvo la aceptación, ni acompañamiento de la sociedad. Escuchamos al pueblo: los rionegrinos no quieren una central nuclear y así debemos proceder”, informó en sus redes sociales el Gobernador luego de una reunión que mantuvo con todo su Gabinete. La historia se puede leer así: el 30 mayo se supo que la Nación junto con Río Negro habían firmado un convenio para que se construyera en esta provincia la quinta planta nuclear de nuestro país. Capitales chinos serían los encargados de financiar el proyecto.

Ni bien se supo la noticia, ambientalistas, vecinos autoconvocados y organizaciones sociales salieron a la calle a mostrar su repudio al proyecto nuclear. Este clamor popular se hizo más evidente cuando una comitiva de la  National Nuclear Corporation China (CNNC) llegó en julio a Viedma para buscar locaciones para construir la central. El lugar elegido era la costanera rionegrina entre el balneario El Cóndor y Sierra Grande, los prestadores turísticos del primero desestimaron el proyecto porque argumentaban que era inviable localizar una central nuclear cerca de un centro turístico, en cuanto a Sierra Grande, el principal opositor fue Chubut, por considerar que estaba muy próxima a la Península Valdes, Patrimonio Natural de la Humanidad.

Sin poder hacerla en un lugar ni en el otro, el gobernador continuó el guión presidencial hasta donde pudo. Las elecciones primarias fueron el límite: su fuerza quedó tercera en los resultados finales, la razón fue el rechazo social a la planta nuclear. Sin margen político, y con el objetivo de hacer una mejor performance en octubre, Weretilneck le dice adiós al proyecto de hacer una central nuclear cuando en el mundo esta forma de generar energía está dejando de usarse por ser altamente contaminante.

Fuente. El Federal

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