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Recuerdo del histórico primer aterrizaje de un reactor en la Antártida

Este hecho extraordinario se materializó el 28 de julio de 1973, en oportunidad en que el avión presidencial Matrícula T-01 "Patagonia", un reactor Fokker F-28 Fellowship, aterrizó en la pista helada de la Base Aérea "Vicecomodoro Marambio de Antártida Argentina.

Recuerdo del histórico primer aterrizaje de un reactor en la Antártida

Desde el 29 de octubre de 1969, fecha en que oficialmente fue inaugurada la Base Aérea "Vicecomodoro Marambio" de la Antártida Argentina y aterrizó un avión Fokker F-27 en vuelo directo desde Río Gallegos, la operación de aeronaves con tren de aterrizaje convencional es cosa de rutina.


 

En forma continua y en cualquier época del año, ya sea en pleno invierno antártico o en los meses de verano, posaron sus ruedas en la helada pista de esa Base Aérea aviones propulsados por hélices o turbohélices, como los Beaver DHC-2, Twin Otter DHC-6, Douglas C-47, Fokker F-27 y los poderosos Hércules C-130.

Pero un hecho que no había ocurrido en ninguna pista de hielo o suelo congelado de todo el Continente Antártico era el aterrizaje de un avión por reacción de transporte comercial, pues no se conoce oficialmente que en pistas de otras bases antárticas hayan operado hasta entonces aeronaves de este tipo, ya sea con esquíes, esquí-ruedas o tren de aterrizaje convencional.
 

Este hecho extraordinario se materializó el 28 de julio de 1973, en oportunidad en que el avión presidencial Matrícula T-01 "Patagonia", un reactor Fokker F-28 Fellowship, aterrizó en la pista helada de la Base Aérea "Vicecomodoro Marambio de Antártida Argentina.

El vuelo se planeó para comprobar el comportamiento de esta máquina en tales condiciones climáticas y asegurar la operación de una importante misión que se llevaría a cabo el 10 de agosto de ese año, para trasladar al Señor Presidente Provisional de la Nación y miembros de su gabinete hasta esa Base Aérea, en ocasión de conmemorarse el Día de la Fuerza Aérea Argentina.
 

El Fokker F-28, matrícula T-01 despegó de la Base Aérea Militar "Río Gallegos" a las 10:33 horas de ese día 28 de julio y luego de recorrer una distancia de 1570 kilómetros, en poco menos de tres horas de vuelo, posó sus ruedas en la pista de tierra (barro arcilloso congelado) de la Base Marambio a las 13:28 horas.

Después de un breve descanso la tripulación de la aeronave se dispuso a emprender el regreso, despegando a las 15:33 horas con destino a Río Gallegos, donde luego de reabastecerse de combustible, continuó vuelo hasta el Aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires.

En el aterrizaje, sobre la pista de 1200 metros de longitud de la Base Marambio, se detuvo el avión después de recorrer una distancia de 600 a 700 metros cuando la temperatura reinante era de 23 grados bajo cero y soplaba viento transversal entre 16 a 20 nudos (aproximadamente 30/37 km/h).

Cabe destacar el trabajo y sacrificio de la Dotación Antártica 1972/73 al mando del Vicecomodoro Carlos Miguel VAZQUEZ, para que ese aterrizaje y posterior visita se materializara exitosamente en la Base Antártica Marambio, que hacía pocos años se había inaugurado.

Tripulación
Vicecomodoro Juan José Ahets Etcheberry-Comandante de la Aeronave

Mayor Rafael Juan ELÍAS-1er. Piloto

Mayor Hugo Liernur-Asesor/Comandante C-130

Capitán Eduardo Gómez-Navegador

Suboficial Principal Guillermo Oviedo-Mecánico de Vuelo

Suboficial Auxiliar Nicolás Narciso Zárate-Mecánico de Vuelo

Personal Civil Luís Humberto Scavino-Auxiliar de a bordo


De esta forma se concretó el primer aterrizaje de un avión a reacción en la Antártida, hecho de singular importancia que jalonó el futuro de Marambio como aeródromo de alternativa o apoyo a las aeronaves comerciales en los vuelos transpolares-Intercontinentales, que por las rutas más cortas unen a nuestro país con Asia a través de Australia o Nueva Zelandia.
 

Fuente de la Información: ámbito.com

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