Luego de que el 1 de enero entrara en vigencia la desregulación plena del mercado de combustibles, las compañías del sector están avanzando con nuevos retoques en el precio del litro en surtidores.
Tras haber concluido el 2017 con una suba anual del orden del 30%, las empresas acaban de aplicar el primer ajuste del año.
Se trata de un incremento del 6%, lo que terminó elevando el valor de la súper por encima de los $24.
Pese a la recomposición que tuvo lugar a lo largo del año pasado, la realidad es que el negocio del despacho de combustibles no arrojó buenas noticias.
Según se desprende del listado de Operadores Autorizados del Ministerio de Energía y Minería, en la actualidad operan unas 4.909 estaciones de servicio en todo el país.
Esto implicó unos 52 establecimientos menos que en mayo de 2017. ¿Qué signfica esto? Que cerró un comercio cada cinco días, en promedio.
Llegan nuevos valores a los surtidores
YPF y Axion (con una participación del 55% y 12%, respectivamente) todavía esperan para aplicar los nuevos valores. Igualmente, desde YPF anticiparon que aplicarán una fórmula nueva para definir la cotización del litro.
Según trascendió, los precios serán diferentes según la localidad o barrio, el momento en que se efectúe la operación y la disponibilidad de combustible.
Sin embargo, hay otras compañías, como Oil, que ya efectuaron el ajuste: el litro de nafta súper se elevó hasta los $24,32, mientras que la premium ya alcanza los $28,42, en tanto que la diesel pasó a cotizar a $21,47.
Tras este reacomodamiento, Carlos Gold, presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA), advirtió que "la Argentina ya es el segundo país con la nafta más cara de América latina", siendo sólo superada por Uruguay.
“Desde que se liberó el precio, el crudo no ha dejado de subir y es justamente ese el fundamento por el cual el combustible aumentó, a pesar de la baja que se registró en noviembre”, puntualizó.
¿Será suficiente?
En este contexto, los empresarios que operan bajo las diferentes marcas de las petroleras consideran que el 6% de suba que se está viendo reflejado en los surtidores resultará insuficiente para compensar la mala situación financiera que vive el sector.
Al respecto, no faltan voces que reclaman una suba antes de que culmine el primer semestre que "emparde" el porcentaje de ajuste que podría alcanzar la nueva paritaria, que comenzará a discutirse a partir de marzo.
Si bien las conversaciones todavía están en una fase inicial, está imponiéndose el consenso de una eventual mejora del 20%.
Para cubrirse ante este eventual escenario, los dueños de estaciones tienen el "número mágico" que les permitiría sortear con mayor holgura un año que se presenta complejo en materia de rentabilidad.
Según los expendedores, el litro de nafta súper debería subir hasta alcanzar los $27,5.
Actualmente, las compañías que ajustaron sus valores manejan un valor levemente superior a los $24, mientras que las que tienen pendiente el incremento (como es el caso de YPF), la comercializan a $22,66 en la Ciudad de Buenos Aires.
Es decir que los empresarios plantean una suba extra antes del cierre del primer semestre de más de $3 por litro (en el caso de las que ya subieron) y de casi $5 para las que todavía no avanzaron la medida.
Sólo de esa forma consideran que la actividad ganará más atractivo tras los reveses cosechados en los últimos años.
“En la última década, el sector perdió alrededor de 1.700 estaciones de servicio. Si no tenemos una cotización del litro que acompañe nuestro nivel de gastos, entonces la situación volverá a complicarse para los dueños de establecimientos”, aseguró.
En diálogo con iProfesional, Raúl Castellano, secretario de la Cámara de Empresarios del Combustible (CEC), sostuvo que, como consecuencia de los malos años en términos financieros que debió atravesar el sector, los empresarios con menos espaldas terminaron saliendo del negocio.
Según el experto, "en la Argentina se sigue consolidando un modelo en el que predominan las estaciones de servicio de grandes dimensiones".
En este grupo, Castellano incluye a los puntos de expendio "duales", es decir, a los que comercializan tanto combustibles líquidos como Gas Natural Comprimido (GNC).
"La evolución de la rentabilidad que tuvimos en los últimos años generó que los establecimientos chicos o medianos vayan cerrando. Y esto seguirá profundizándose si no mejoran urgentemente los números", opinó.
Para Castellano resulta clave que los precios de las naftas suban "hasta un nivel que por lo menos se empareje a los incrementos salariales que se den en 2018".
Sucede que el costo laboral representa alrededor del 70% de la estructura de costos que tienen las estaciones de servicio.
"Si no se da un incremento parejo con las remuneraciones, vamos a quedar en una situación de desventaja”, plantea el directivo.
Oscar Díaz, secretario de CECHA, coincidió al señalar que a los estacioneros el incremento del 6% con el que vienen avanzando las petroleras les “viene bien” aunque –advierte-, resulta insuficiente dado el nivel de subas salariales acumulado en los últimos años.
Cabe destacar que desde principios de 2014 y hasta fines de 2017, los surtidores acumularon un alza global del orden del 120%.
Como contrapartida, los salarios –que conforman el 70% de la estructura de costos- se incrementaron un 110%, es decir, casi al mismo nivel.
Sin embargo, a esto hay que sumar las subas que experimentaron otros ítems que hacen a la operación diaria de las estaciones de servicio y que se suman al componente laboral.
De hecho, según un documento divulgado por CECHA, mientras que en 2010 se necesitaban 668 litros de nafta súper para cubrir el sueldo del mismo empleado, en 2017 hicieron falta 1.040 litros
“Hoy, pese a las subas de precios, estamos en una situación frágil: los márgenes volverán a deteriorarse a partir de abril, cuando cerremos la nueva paritaria, si es que el precio del litro no acompaña", planteó Díaz.
"La realidad es que necesitamos una previsión de aumentos mayor", afirmó.
En paralelo, los estacioneros continúan insistiendo con un reclamo que lleva varios años: llevarse una mayor tajada del negocio.
Los empresarios Pyme vienen entablando una difícil pulseada con las petroleras, que son las que terminan fijando los precios de referencia, para que les incremente el margen de rentabilidad, que en la actualidad se ubica entre el 4% y el 6%.
Esto, en un contexto en el que las cámaras que nuclean a los establecimientos alertan que muchos puntos de expendio, no llegan a comerciar el volumen mínimo necesario para alcanzar el punto de equilibrio.
Cabe destacar que las estaciones independientes adquieren el combustible bajo dos modalidades:
-Consignación, es decir, pagan una vez que venden.
-Contrato de reventa con petroleras.
Según un estudio efectuado por la Cámara de Expendedores (CESGAR), para los expendedores que operan bajo la primera modalidad, el punto de equilibrio es de 417.000 litros mensuales.
Como contrapartida, para las que se manejan con contratos, el nivel a partir del cual se experimentan utilidades es de 350.000 litros, mientras que hace tres años este tipo de establecimientos necesitaban vender 300.000 litros para alcanzar el mismo punto, es decir, casi 15% menos.
El problema es que, según el último relevamiento, el promedio nacional se ubica en 380.000 litros por boca de expendio.
Este volumen, según alertaron recientemente desde la Asociación de Estaciones de Servicio Independientes, sólo es alcanzado por una pequeña porción de comercios.
“El incremento del volumen es acaparado mayormente por las petroleras a través de sus propias estaciones. Las Pymes por el contrario, venden cada vez menos”, alertaron desde la cámara.
Quejas por el nuevo sistema
Luego de que se conociera el plan de YPF, que aplicará diferentes precios según la localidad o el horario, Díaz, de CECHA, salió a cuestionar la medida: "Puede producir un corrimiento de la demanda de combustibles”, alertó
El directivo puntualizó que “en dos localidades a 40 Km de distancia es probable que el camión pase a cargar en el lugar más barato; esto puede favorecer a quien circunstancialmente tenga el combustible más barato pero no le veo ninguna ventaja“.
“Habría que preguntarle al que se le ocurrió esto porque es un disparate. El combustible es un producto que tiene un precio de mercado y todos en mayor o menor medida somos consumidores de combustible", subrayó.
Díaz además objetó que la compañía no los haya convocado para explicar la iniciativa: “Los operadores también formamos parte de la cadena de comercialización y debemos estar al tanto de este tipo de decisiones”, concluyó.
Fuente: Iprofesional.com