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Comienza la temporada de ballenas en Península Valdés

Tendrá su punto de partida oficial el próximo jueves, aunque los ejemplares empezaron a arribar hace semanas con el principal objetivo de dar inicio al ciclo de reproducción. Según estimaciones, llegarán a la costa entre 2.000 y 3.000 de estos animales.

Comienza la temporada de ballenas en Península Valdés

CHUBUT.- La provincia de Chubut se encuentra ultimando detalles para lo que será el comienzo de una nueva temporada de ballenas en la Península Valdés. Esta etapa, catalogada como uno de los espectáculos visuales más impactantes del mundo, genera una gran expectativa ya que significa una oportunidad única para el campo turístico y hotelero.

A pesar de que comience el próximo jueves la temporada, desde hace semanas que los ejemplares de ballena franco austral están arribando a estas costas. En sí, se trata de una especie migratoria, por lo cual realizan viajes anuales de miles de kilómetros. Para esta época se da inicio al ciclo de reproducción, siendo el mes de septiembre el momento con mayor cantidad de ballenas en los golfos.

“La ballena franca austral es una especie migratoria, que necesita ir a zonas de alimentación que están separada de la zona reproductiva. Todos los años vienen a esta zona para reproducirse. A finales de mayo empiezan a aparecer algunos ejemplares y cada tres o cuatro meses se van yendo y van entrando otros individuos. Todo este proceso se mantiene aproximadamente hasta mediados de diciembre. No son animales de manada como los delfines. Cuando nosotros hacemos los censos aéreos se ven grupos de ballenas cada 200 metros más o menos. Así y todo no creemos que se manejen en manada, pensamos que a lo mejor lo hacen por protección”, le explicó a este multimedio Santiago Fernández, biólogo e integrante del Centro Nacional Patagónico.

Al mismo tiempo, contó: “Gracias a un proyecto de telemetría satelital que se viene llevando a cabo desde el 2014 en conjunto con varias organizaciones nacionales e internacionales, le pusimos rastreadores satelitales a las ballenas y podemos conocer donde van a alimentarse. Antes se creía que la ballena franca austral salía de las aguas de los golfos de Península Valdés y se iban a zonas subantárticas y antárticas. Gracias a los rastreadores vimos que hay ejemplares que se quedan en la altura de Península Valdés en la cuenca oceánica, y que utilizan mucho la plataforma continental argentina. Sobre todo las madres con crías utilizan mucho la Cuenca oceánica del Océano Atlántico y luego van a otras zonas de alimentación. Los individuos solitarios, que son ejemplares que no se reprodujeron, utilizan mucho la plataforma continental”.

Estos dispositivos pueden tener mínimos y breves efectos en el comportamiento de las ballenas y llegan a tener un error de 200 a 2.000 metros. A su vez, dejan de transmitir cuando se desprenden, lo que puede ocurrir semanas o meses después de colocados, o cuando se agotan las baterías.

Las hembras adultas pueden alcanzar los 17 metros de longitud máxima y son más grandes que los machos, que llegan a los 15 metros de largo. La especie se alimenta de crustáceos pequeños, principalmente krill y copépodos, pudiendo ingerir hasta dos toneladas por día en la época estival. Las hembras paren por primera vez a los nueve años y tienen una cría cada tres años. Por lo general tienen un año de gestación, un año de amamantamiento y uno de recuperación antes de una nueva preñez.

“La cantidad de ejemplares de Península Valdés fue aumentando en el transcurso del tiempo. Contamos 1.600 ballenas en el pico máximo, que fue en septiembre del año pasado, pero según los modelos estimamos que hay unas 2.000 y 3.000 que vienen a Península. La población es más grande pero todavía no hay una estimación fehaciente. La ballena franca es una especie protegida, es monumento nacional. En aguas nacionales no se puede generar disturbios, la cacería está prohibida a nivel internacional. Ante esto, en los últimos 30 o 40 años la población fue creciendo. Por ejemplo, desde hace un tiempo que ya se ven más individuos en las costas de Buenos Aires. Ante el crecimiento de la especie, se comienzan a recuperar las zonas perdidas en su momento”, concluyó el experto.

Fuente de la Información: red92.com

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