REGIONALES

CAMBIO CLIMÁTICO

El dueño de la fábrica de ropa Patagonia donó toda su compañía

Yvon Chouinard y su familia renunciaron a la propiedad de Patagonia y destinaron el 98% del total de las acciones a una organización sin fines de lucro que lucha contra la crisis medioambiental.

Yvon Chouinard, donó su empresa de indumentaria Patagonia.
Yvon Chouinard, donó su empresa de indumentaria Patagonia.

El fundador de la compañía Patagonia, Yvon Chouinard, y su familia -que hizo una fortuna de 10 cifras con su imperio de equipamiento para actividades al aire libre- han renunciado a la propiedad de la empresa de 49 años, transfiriéndola a fideicomisos y organizaciones sin ánimo de lucro y comprometiéndose el miércoles a redirigir los futuros beneficios de Patagonia hacia la lucha contra el cambio climático.

Todas las acciones sin derecho a voto de la empresa -o el 98% del total de las acciones- son ahora propiedad de una nueva organización llamada Holdfast Collective, una organización 501(c)(4) que, según Patagonia, utilizará cada dólar que no se reinvierta en la empresa para apoyar la naturaleza y la biodiversidad y para "luchar contra la crisis medioambiental" (Patagonia ya ha donado 50 millones de dólares).

Las acciones con derecho a voto de la empresa son ahora propiedad del Patagonia Purpose Trust, otra nueva entidad que, según la empresa, "consagrará el propósito y los valores de Patagonia" y "demostrará, como empresa con ánimo de lucro, que el capitalismo puede trabajar por el planeta".

Dependiendo de los resultados de Patagonia, la compañía proyecta que podría pagar al Colectivo Holdfast un dividendo anual de unos 100 millones de dólares -la organización no ha especificado cómo planea utilizar el dinero-.

Chouinard escribió en una carta abierta que consideró la posibilidad de vender la empresa y donar las ganancias o incluso hacerla pública, pero decidió transferir su propiedad para mantener a los trabajadores de la empresa y mantener los valores de Patagonia.

La carta del donante, textual

La Tierra es ahora nuestra única accionista

Si tenemos algo de esperanza por tener un planeta próspero -o al menos un negocio próspero- se necesitará que todos hagamos lo que podamos con los recursos de los que disponemos. Esto es lo que nosotros podemos hacer.

Nunca quise ser un empresario. Comencé como artesano, fabricando equipo de escalada para mí y mis amigos, luego entré en el vestuario. Mientras comenzábamos a ser testigos del alcance del cambio climático y la destrucción ecológica - así como de nuestra contribución en aquello - Patagonia se comprometió a usar nuestra compañía para cambiar la forma en que se hacían los negocios. Si podíamos hacer lo correcto generando suficientes ingresos como para pagar las cuentas, podíamos influir en los clientes, en otros negocios y, tal vez, cambiar el sistema en el camino.

Comenzamos con nuestros productos, usando materiales que causaban menos daño en el medioambiente. Donamos el 1% de las ventas cada año. Nos convertimos en Empresa B certificada y también en una corporación de beneficios de California, dejando nuestros valores por escrito en nuestra carta corporativa como una forma de pre servarlos. Más recientemente, en 2018, cambiamos el propósito de la empresa a: "Estamos en este negocio para salvar nuestro hogar, el planeta Tierra".

Si bien hacemos lo mejor de nuestra parte para abordar la crisis ambiental, esto no es suficiente. Necesitamos encontrar una manera de poner más dinero en la lucha contra la crisis y mantener los valores de la compañía intactos al mismo tiempo.

"A decir verdad, no había buenas opciones disponibles. Entonces creamos una propia".

Una opción era vender Patagonia y donar todo el dinero. Pero no podíamos estar seguros de que un nuevo propietario conservara nuestros valores o mantuviera empleado a nuestro equipo de personas alrededor del mundo.

Otro camino era hacer pública la compañía. Qué desastre hubiera sido. Incluso las compañías públicas con buenas intenciones se ven bajo demasiada presión por generar ganancias en el corto plazo a expensas de la vitalidad y la responsabilidad a largo plazo.

A decir verdad, no había buenas opciones disponibles. Entonces creamos una propia.

En lugar de "hacernos públicos", podríamos decir que estamos "haciendo nuestro propósito". En lugar de extraer valor de la naturaleza y transformarlo en riqueza para unos inversionistas, vamos a usar la riqueza que Patagonia crea para proteger la fuente de toda riqueza.

Así es como funciona: el 100% de las acciones con derecho a voto de la empresa se han transferido al fideicomiso Patagonia Purpose Trust, creado para proteger los valores de la compañía; y el 100% de las acciones sin derecho a voto se han entregado a Holdfast Collective, una organización sin fines de lucro dedicada a luchar contra la crisis ambiental y defender la naturaleza. El financiamiento vendrá de Patagonia: cada año, el dinero que generemos tras reinvertir en el negocio será distribuido como dividendo para ayudar a combatir la crisis.

Han sido casi 50 años desde que iniciamos nuestro experimento en negocios responsables y recién estamos comenzando. Si albergamos algo de esperanza por tener un planeta próspero - o al menos un negocio próspero - en 50 años más, se necesitará que todos hagamos lo que podamos con los recursos de los que disponemos. Esta es otra forma que hemos descubierto para cumplir con nuestra parte.

A pesar de su inmensidad, los recursos de la Tierra no son infinitos y está claro que hemos sobrepasado sus límites. Pero también es resiliente. Podemos salvar nuestro planeta si nos comprometemos a ello.

 

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