RIO GRANDE.- Este martes 2 de mayo, en horas de la mañana, integrantes de la Armada Argentina homenajearon a los tripulantes del ARA General Belgrano a 41° años del hundimiento en el marco del conflicto bélico del Atlántico Sur.
En el monumento al ARA Gral. Belgrano, sito en calle Santa Fe de esta ciudad, en horas de la mañana se izó el Pabellón Nacional con un acto que fue encabezado por el Comandante de la Fuerza de Infantería de Marina Austral (FAIA), Capitán de Navío IM Héctor Antonio Herrera, junto a los comandantes y jefes de las otras unidades de la Armada Argentina con asiento en esta ciudad.
Luego de la finalización de la ceremonia y en diálogo con la prensa, el Capitán de Navío Héctor Antonio Herrera, Comandante de la Fuerza de Infantería de Marina Austral, (FAIA) señaló que “cada 2 de mayo conmemoramos la pérdida de 323 hombres del Crucero General Belgrano que constituye un sentimiento caro para todos los argentinos y particularmente para los hombres de la Armada Argentina. Para nosotros representa un hecho que ha marcado claramente un hito en lo que fue la gesta de Malvinas, un hecho que inclusive se lo considera como un crimen de guerra”.
Afirmó que “jamás debemos olvidar a esos héroes que perdieron la vida en el Atlántico Sur en defensa de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas”.
Por su parte, el Coronel Víctor Olivares, quien es jefe del Escalón Adelantado de la ciudad de Río Grande, quien, junto a otros jefes del Ejército, participó del homenaje a los caídos en el crucero Belgrano confió que “para nosotros es un honor, un orgullo y un deber participar en este tipo de ceremonia. Es la primera vez que el personal del Ejército Argentino participa de esta ceremonia, por eso, la ofrenda floral que se hizo en nombre del Ejército Argentino. A nosotros nos llena de emoción y de orgullo homenajear a nuestros héroes”.
Autoridades
El acto contó con la presencia del Secretario de Enlace con las Fuerzas de Seguridad del Gobierno de la provincia, José Díaz, representantes y abanderados de instituciones militares, de los colegios secundarios, Fuerzas de Seguridad, Veteranos de Guerra y de Generación Malvinas además del Cónsul de Chile en Río Grande, licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Roberto Ruiz Piracés.
Durante el acto, fue el padre Guillermo Rufino Romano, el encargado de realizar una invocación religiosa y bendijo a los presentes.
Por parte del Municipio de Río Grande, participó la secretaria de Desarrollo Social, Silvana Angelinetta y José “Nato” Ojeda, Director General de asuntos políticos y candidato a concejal por Unidad y Reconstrucción.
En tanto, engalanaron el acto, los abanderados de la Escuela N°32 “Iyu que deja Huella”, institución que es apadrinada por la FAIA. En tanto, la Banda de Música del Municipio de Río Grande fue la encargada de ejecutar los acordes patrios.
Reseña
Fue el Teniente de Navío IM Laureano Ramón Palacios el encargado de recordar los acontecimientos que tuvieron como protagonistas al Crucero ARA Gral. Belgrano y a sus tripulantes. “Hoy nos convoca una vez más la conmemoración de un hecho histórico para la Armada y para toda la Nación.
El 2 de mayo de 1982, treinta días después de que la Argentina recuperara las Islas Malvinas de la usurpación extranjera, el Crucero ARA “General Belgrano” recibió un ataque con torpedos de un submarino enemigo, mientras navegaba fuera de la zona de exclusión establecida por el gobierno británico alrededor de las islas.
Fueron 323 marinos perdieron la vida en el ataque, transformándose en la mayor tragedia naval de la historia de la Armada Argentina.
El 28 de abril, acompañado por los Destructores ARA “Piedrabuena”, ARA “Bouchard” y el petrolero “Puerto Rosales”, nuestro crucero partió del puerto de Ushuaia, sin saber que realizaba el último derrotero hacia su posición final.
Durante la madrugada del día 2 de mayo, el Comandante del crucero ordenó navegar con rumbo 290°, saliendo de esta manera del radio de acción de los aviones enemigos, manteniendo además fuera de área de exclusión.
Eran las 16:02 cuando el primer torpedo del submarino HMS Conqueror impactó en la sala de máquinas del “Belgrano”, hiriendo al bravo navío en partes vitales. Aún sin poder salir del estupor inicial, el crucero volvió a sacudirse violentamente; el segundo torpedo literalmente “borró” 15 metros de proa. Inmediatamente comenzó la inclinación a babor y un penetrante olor acre inundó el aire. Cesó la fuerza motriz, quedando además sin energía ni iluminación.
Herido de muerte, el “Belgrano” comenzó a irse a pique. El casco se hundía con mayor incidencia de popa, debido a la gran entrada de agua en el espacioso hangar y sala de máquinas. A las 16:23, el Comandante dio la más dolorosa orden que un Comandante puede darle a su tripulación: abandonar el buque.
En esos dramáticos momentos, desde la primera explosión, la tripulación puso de evidencia el temple, valentía, compromiso y espíritu solidario, sin claudicar ante las difíciles circunstancias.
El crucero tardó una hora en irse a pique a 4200 metros, en el fondo de la cuenca de Los Yaganes, al Sur de las Malvinas. Noble como siempre, partió a su apostadero definitivo, dando tiempo a que gran parte de su dotación pudiera abandonarlo, llevando consigo 323 marinos convertidos en su más leal guardia de honor, acompañándolo en el lecho del mar para su reposo final.
