RÍO GRANDE

ROTARY CLUB RÍO GRANDE

Novedosa iniciativa para generar arraigo

Alumnos de Intercambio Internacional del Rotary Club Río Grande, participaron de una actividad particular. Mediante una iniciativa de Alejandro Ascar, plantaron saucos frente al jardín Rosarito Vera Peñaloza. La intención es generar arraigo en los alumnos extranjeros que se encuentran viviendo su experiencia en Río Grande.

Novedosa iniciativa de un papá de una alumna de intercambio internacional.
Novedosa iniciativa de un papá de una alumna de intercambio internacional.

RIO GRANDE.- Con el objetivo de convocar a los chicos de intercambio internacional, integrantes del Rotary Club Río Grande, familiares de los chicos, junto con docentes del Jardín de Infantes Rosarito Vera Peñaloza, se llevó adelante una actividad particular. 
Con la colaboración de todos los presentes, se plantaron diversos árboles que fueron preparados especialmente para llevar adelante una experiencia que tiene como objetivo generar arraigo en los jóvenes del Programa de Intercambio Internacional del Rotary Club Río Grande. 
En este caso, cada uno de los intercambistas plantó un árbol en el jardín frontal del Rosarito Vera Peñaloza. “La idea es que cuando estos chicos vuelvan a sus países de origen, ese árbol continúe creciendo con la finalidad de que los chicos, puedan ver dentro de algunos años, qué es lo que sucedió con sus árboles”, señaló Alejandro Ascar quien es anfitrión de uno de los alumnos de intercambio y colaborador de las actividades del Rotary y padre de Agustina quien se encuentra en Francia participando de la misma experiencia de intercambio.
“Si bien en estos momentos, los chicos están asumiendo la actividad de manera inocente, tal como lo haría cualquier adolescente, seguramente, el día de mañana, cualquiera de ellos, cuando ya sean adultos, puedan ver el resultado de la actividad que realizaron en Río Grande”, explicó el papá.
En esta oportunidad, los alumnos plantaron árboles de saucos, grosellas negras y algunas flores de caléndulas.
Según dijeron, la intención de esta actividad, además, es que los chicos de intercambio que vengan el año que viene, también realicen esta acción. “Lo que perseguimos con esto es el hecho de tratar de dejarles algo a ellos más allá de la experiencia de lo vivido en Río Grande y que ellos sepan que es de ellos”, dijo Ascar quien adelantó saber lo que pasará dentro de 7 años “porque ya lo he vivido y me gustaría que eso que yo pude experimentar, pueda ser compartido con los adolescentes de intercambio y que ellos, a su vez, puedan tomarlo como experiencia propia”.   
Ascar apuntó que “esta actividad funciona sólo si se propaga y cuando cada uno de los actores lo toma como propio. Hace muchos años, en Tierra del Fuego estaba inserta la idea de que acá no se podía plantar nada y que nada crecía pero con el tiempo, todos vamos conociendo de que, antes de que nosotros lleguemos a esta isla, ya habían familias que tenían sus huertas, sus árboles y ahora son esos pocos arboles que tenemos en la ciudad. Entonces sabemos positivamente que se puede plantar arboles y plantas y que se puede hacer crecer y es lo que queremos transmitir”. 
Según indicaron los promotores de la iniciativa, la esperanza es que esta misma experiencia se replique en las familias  que viven en esta provincia. “Sería algo maravilloso y es la esperanza que tenemos”.

 

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