RÍO GRANDE

VECINOS, CON UN FIN COMUN

“Un desafío de amor”, el merendero solidario

Hace pocos días, comenzó a funcionar, formalmente, un nuevo merendero en la margen sur. Se trata de una iniciativa que se gestó desde el seno de la necesidad que advirtieron los vecinos del lugar. Al momento de abrir sus puertas, el merendero “Un desafío de amor” ya atiende a más de 50 personas.

Ramona, en el centro, junto a Gladys y Paula, compañeras de trabajo quienes también colaboran con las tareas comunitarias que se llevan adelante en el
Ramona, en el centro, junto a Gladys y Paula, compañeras de trabajo quienes también colaboran con las tareas comunitarias que se llevan adelante en el

RIO GRANDE.- A mediados de julio, abrió sus puertas un nuevo merendero que se encuentra en calle Tawuen 253 del B° La Esperanza de la margen sur. En el lugar, funcionaba un negocio que no soportó los embates de la crisis y debió cerrar. Ramona, su dueña, junto a su marido, decidieron ceder el espacio para generar un merendero ante la iniciativa de los vecinos del lugar quienes notaron la necesidad. “Empezamos a darle la leche a los chicos. Porque, a veces, un vecino tiene, otras no. Y si yo veo a tu nene sufrir, se comparte entre todos lo que tiene cada uno”, relató Ramona, a cargo del comedor comunitario “Un Desafío al Amor”.
Al explicar la transformación de un negocio en un comedor contó que hace un tiempo “teníamos un negocio, pero nos empezó a ir mal económicamente, y mi marido se quedó sin trabajo así que cerramos el negocio. El lugar estaba vacío y nos daba pena tener un espacio que podía ser utilizado con un buen propósito. Cuando los vecinos me dijeron de que querían armar un comedor o un merendero, no dudé en ceder este espacio y mi marido me acompañó. Desde ese día empezamos a juntarnos ahí”.
Ni bien comenzaron a funcionar, mucha gente comenzó a acercarse para pedir mercadería, o directamente a buscar algo para comer. “La gente come de lo mismo que donan los vecinos. Entre todos juntamos lo que podemos y lo repartimos en el merendero. Todo lo que hacemos es para la gente que lo necesita y no sólo para los de la margen sur porque la necesidad está en todos lados. A veces viene una familia desde el centro, que se quedaron sin trabajo, y a veces no tiene para darle la merienda a los nenes, ellos vienen al merendero y son bienvenidos”, le explicó a El Sureño, Ramona.
Actualmente, y a pocos días de haber abierto sus puertas, suelen merendar hasta 20 niños, a los que se los asiste junto a sus padres, de lunes a sábado. 
Ramona se mostró agradecida por las donaciones que ha recibido de una panadería, que les dio el pan, “a veces facturas, otros vecinos acercan leche, azúcar”.
“Lo que más quisiera es poder darles para que desayunen en sus casas, y poder hacer un plato de comida caliente. Tenemos una señora que nos donó un tablón, para que los chicos coman más cómodos. Pero en realidad todo lo que quieran donar viene bien: ropa, calzado, abrigo, frazadas, siempre para niños”, pidió la vecina.

Necesidades

Para poder cocinar, siempre necesitan alimentos no perecederos. Además se necesita una heladera, y hasta tablones, para hacer otra mesa. “Estamos en una zona en la que sufrimos mucho por la falta de agua, siempre les decimos a la gente que por favor si nos dona ropa, sea ropa limpia, porque no tenemos agua corriente para poder lavar. Además de la necesidad de alimentos, padres sin trabajo. Y es verdad, hay chicos que no comen. Y ellos esperan la comida del comedor. Me gustaría que la gente que no cree, que piensa que uno pide para sí mismo, que se acerquen, vengan y vean las cosas que se hacen, están las puertas abiertas para los que quieran acercarse. La verdad que la gente es muy solidaria, y los que menos tienen, son los que más dan”, concluyó Ramona.

 

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