SALUD

Ciencia

Contra el síndrome de Kawasaki

La investigación de tres jóvenes médicos argentinos que podría ayudar a curar una rara enfermedad.

Egresaron de la UBA en 2016 y desde entonces trabajan en el Hospital Houssay de Vicente López.
Egresaron de la UBA en 2016 y desde entonces trabajan en el Hospital Houssay de Vicente López.

Buenos Aires-. Es la primera vez que nos aceptan un trabajo a nivel internacional, fue todo hecho a pulmón”, detalla Margarita Satostegui (29). Ella, Amalia “Ama” González (31) y Leandro Menéndez (29) -los tres residentes del tercer año de Pediatría del Hospital Houssay-, estuvieron presentes en el “12° Internacional Kawasaki Disease Symposium” que se llevó a cabo en junio.

Durante el encuentro los acompañó su mentora, Andrea Sineiro (49), jefa de Pediatría del centro de salud. Presentaron un caso que fue seleccionado para investigar la Enfermedad de Kawasaki (EK).

Sineiro trabaja hace 22 años en el Houssay. Entró como residente y el año pasado alcanzó la Jefatura. Está orgullosa de sus discípulos, porque contra todo pronóstico y más en estos tiempos, generan ideas nuevas y cortan con el paradigma del millennial.

“Son inquietos. Nosotros pensamos desde la experiencia, ellos desde la actualización”, confiesa Sineiro. “Parezco la madre babosa”, agrega.

Los tres residentes egresaron de la UBA hace dos años y, desde 2016, trabajan en la parte de pediatría del hospital. El caso que eligieron para presentar en Japón fue un trabajo que seleccionaron del segundo año de residencia.
“Queríamos divulgar esta patología, el objetivo principal nunca fue presentarlo en Japón. El viaje fue Una causalidad”, explica “Ama” acerca de las verdaderas razones por las que decidieron llevar adelante este proyecto.

Y remarca: “Además de la experiencia, buscamos aumentar la investigación científica para que, llegado el caso de la enfermedad, pensar y a partir del pensamiento diagnosticarlo”.

Con apoyo de la Dirección del Hospital Houssay y la Secretaría de Salud, y los aportes del cardiólogo y ex compañero de Sineiro, Adrián Collia (51), llegaron a Yokohama, la segunda ciudad más importante de Japón, para compartir el caso que los hizo cruzar al otro lado del mundo.
La EK es reconocida como la principal causa de cardiopatía en chicos menores de cinco años. Hace más de cuatro décadas, el doctor Tomisaku Kawasaki informó por primera vez la existencia de esta enfermedad, la cual lleva su nombre. Sin embargo, su causa todavía se desconoce. “No tiene una procedencia clara”, asegura Satostegui.

En Argentina la enfermedad es poco frecuente: la incidencia es de cuatro casos en 100.000 y es importante hacer el diagnóstico a tiempo. Los residentes trataron el caso de un chico con la Enfermedad de Kawasaki, que además, presentó una de las complicaciones más infrecuentes.
El síndrome de Kawasaki es una vasculitis sistémica que implica la inflamación de los pequeños vasos del cuerpo y puede aparecer de distintas formas, pero principalmente en determinadas áreas”, explica “Ama”.

“Nuestro caso fue gastrointestinal, el 15% tienen esta afectación. Llegó a nosotros en diciembre del año pasado, para la época de Navidad, y lo venimos siguiendo, todavía no pudimos darle el alta”, continúa.

Al ser uno de los casos menos frecuentes, tiene más riesgo de recurrencia y puede experimentar recaídas aunque no esté estable: “Hasta la adolescencia lo va a tener seguro. Siempre tendrá que someterse a un control anual”, confirma Satostegui.
Otras afectaciones sistémicas pueden ser renales y neurológicas, pero en su mayoría, son cardiovasculares. “Un chiquito con estas anomalías tiene el riesgo de sufrir un infarto como una persona mayor. Son las patologías de un hombre de 40 años en el corazoncito de un chico”, define.

Ellos no buscan una cura, sino aportar, desde la pasión que los mueve, sus conocimientos a la Medicina. “No teníamos registro de lo que encontraron”, recalca Sineiro y explica que “cualquiera puede estudiar Medicina, pero no cualquiera puede ser médico. Tiene que tener una gran vocación de servicio”. Si hoy les preguntan, vuelven a elegir esta profesión sabiendo todo lo que les espera.

“Los chicos son distintos. Te permiten ampliar distintas aristas, como la docencia, no sólo es la parte existencial. Uno sigue aprendiendo y te dan una gratificación que no cualquiera puede darte”, coinciden sobre su trabajo en Pediatría.

Los síntomas: fiebre, ampollas y ganglios inflamados

Los residentes indican que para identificar si un chico padece esta enfermedad, deben reconocerse los principales síntomas: fiebre prolongada, enrojecimiento de los ojos y conjuntivitis, cambios en los labios, ampollas y lesiones en la piel, y la inflamación de los ganglios cervicales alrededor de la cabeza y el cuello.”La dilatación de las coronarias debe contrarrestarse con aspirinas y un seguimiento clínico”, sostienen.

Fuente de la Información: clarin.com

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