VATICANO.- De nuevo, el humo negro de la "fumata" en la chimenea de la Capilla Sixtina le indicó al mundo "no hay Papa". Minutos antes de las 7 de la mañana, hora argentina, surgió la columna negra que volvió a frustrar a los fieles en la Plaza San Pedro y a quienes ven por televisión la imagen por todo el mundo.
Esto significa que los 133 cardenales no han llegado al consenso necesario como para que uno de ellos obtenga dos tercios de los votos, la cantidad necesaria para ser ungido como el sucesor del papa argentino.
Este día jueves, habrá una pausa para el almuerzo y el descanso de los cardenales. Eso será en la residencia de Santa Marta y, luego, regresarán en peregrinación a la Capilla Sixtina para las votaciones de la tarde.
Los candidatos "papables" se mantienen - porque nada se filtra de las paredes y el techo con los frescos de Miguel Ángel, pero la experiencia de los anteriores cónclaves indica que cuando se suceden las votaciones, las chances de quien pueda haber conseguido más votos en las primeras rondas, pueden "esfumarse" para dejar paso a otro purpurado de "consenso".
Al mediodía romano, la frustración volvió a apoderarse de los fieles y curiosos que estaban en la plaza San Pedro. Lo mismo puede decirse de quienes siguen por televisión lo que sucede en El Vaticano. La chimenea de la Capilla Sixtina aparece en cualquier pantalla alrededor del mundo, a pleno o en una pequeña "ventanita" mientras sigue la programación.
A las 6.51 comenzó a salir el humo que rápidamente marcó una desilución. Los medios químicos que se agregan a la quema de las papeletas con los votos de los cardenales ya no dejan dudas. El negro en el cielo romano era muy claro. Conclusión: la espera para conocer el nombre del sucesor del papa argentino. Las votaciones sin llegar a un consenso - dos tercios de los cardenales coincidiendo en un candidato - pueden abrir el juego para figuras "emergentes" o alternativas a los considerados como "papables".
Cónclave: Almuerzo, descanso y más "negociaciones"
Ahora, se abre una pausa para la actividad en el interior de la Capilla Sixtina. Los cardenales regresan a la residencia de Santa Marta y el anexo porque los 133 no tienen habitaciones suficientes en un solo edificio, para el almuerzo que se realiza con todos juntos. Luego, hay un momento de descanso. Finalmente, regresan en procesión hasta la Capilla Sixtina para las votaciones de la tarde.
Sin embargo, todo este "cuarto intermedio" no detiene las conversaciones entre los cardenales. La búsqueda de un acuerdo entre las diferentes líneas de pensamiento de los purpurados no se detiene. Basta un ejemplo. Se sabe que en un almuerzo, el cardenal argentino Leandro Sandri - hombre clave en la curia vaticana - comió junto al cardenal Bergoglio y le dijo: "Preparate". Poco más tarde, el humo blanco anunciaba el esperado "habemus papam": Francisco, el papa argentino.
Cónclave: Los "papables ma non troppo"
Este cónclave se inició con claros papables, de acuerdo a las variantes posibles: Un seguidor del legado de Francisco, uno moderado o una vuelta atrás. Si se busca a uno que continúe al papa argentino: el italiano Zuppi o el filipino Tagle, son los que más votos tienen, pero en las casas de apuestas. Entre ellos, hay una división clara que juega su papel. Conitnuar con los papas "extra italianos" como Tagle o devolver la Curia a Italia, con Zuppi.
Pero por encima de ellos, está - conviene aclarar que son especulaciones, que no lograr penertrar el escudo de silencio que rodea a los cardenales - la figura de Pietro Parolin. Era el secretario de Estado en tiempos de Francisco y "preside" las reuniones en el interior de la Capilla Sixtina.
Y para muchos, fue todo un gesto muy especial, que al finalizar la misa "Pro Eligendo Pontífice", el celebrante Gian Battista Re, fue a la búsqueda de su connacional, Parolin, lo beso y la dijo: "Doppia sorte, Pietro" ("suerte por partida doble, Pietro").
En ese saludo una palabra hizo mucho ruido para quienes buscan cualquier pista. "Doppia sorte". ¿Por qué suerte por partida doble? Se puede dar un sentido directo a que Parolin coordina y dirige todas las votaciones. Allí se agota "una, de la doble suerte"¿Y la otra? Para muchos fue la clave para marcar que es el gran candidato para resultar elegido como el nuevo Papa.
Pero ya pasaron dos momentos de votaciones. El humo negro se vio sin ningún tipo de dudas. Nadie sabe - luego, con el tiempo, sí habrá "filtraciones" o "confesiones" sobre el cónclave, que sucede cuando los 133 cardenales están juntos. Los sacerdotes de mayor jerarquía en la iglesia católica deciden a su jefe para los próximos años: Reafirmacion del cambio, un paso moderado o marcha atrás. Con cada fumata negra, el esfuerzo del Espíritu Santo debe ser mayor para consagrar al nuevo Papa.