Concejales distinguieron al Dr. Cesari Hernández

RIO GRANDE.- El Concejo Deliberante declaró de Interés Legislativo Municipal la obra jurídica "La Emoción Violenta Como Causal de Inculpabilidad" escrita por el Dr. Daniel Mario Cesari Hernández. En tal sentido en la sala de Comisiones de la Institución Legislativa el Presidente del Cuerpo Alejandro Nogar junto a los ediles Raúl von der Thusen, María Eugenia Duré, Miriam 'lali' Mora y Verónica González hicieron entrega de la presente al Letrado Cesari Hernández.

El Presidente del Concejo Deliberante Alejandro Nogar manifestó que "permanentemente este Cuerpo Colegiado acompaña las obras científicas de nuestros pensadores locales, como lo es en este caso la pieza jurídica del Dr. Cesari Hernández".

Además reconoció a este tipo de obras como "expresiones culturales que trascienden a nuestra sociedad y promueve las condiciones para la generación de verdaderas usinas de ideas, contribuyendo así al bien común, y en particular garantizando con su trascendental aporte al acceso a la justicia, el debido proceso y la paz social".

El Dr. Daniel Cesari Hernández señaló que estamos presentando el libro que se titula "La Emoción Violenta Como Causal de Inculpabilidad", es un libro que esta realizado sobre mi tesis, y que fue presentado en diciembre de 2015 en la Universidad Abierta Interamericana, mi doctorado fue ante la Universidad del Salvador y la obra presenta una mirada innovadora sobre el evento emocional conocido como emoción violenta que en la legislación nacional esta contemplado solamente como un atenuante de la culpabilidad, y en esta obra se la presenta como un eximente de responsabilidad".

Asimismo indicó que la "obra está prologada por el Dr. Javier Muchnik , quien hasta el año pasado fuera Presidente del Superior Tribunal de Justicia, donde yo me desempeñe como relator".

Remarcó que la "emoción violenta como parámetro medico no existe, es una entidad jurídico-medica, donde nos tenemos que remontar a principio del siglo XX, surgido en la legislación suiza, e incorporado en nuestro Código Penal en el año 1917, desde esa fecha hasta el presente siempre se la presentó como un atenuante de la responsabilidad, atendiendo que el proceso afectivo que surge en el cerebro del ser humano condiciona su conducta, sin llegar a suprimirle la conciencia de lo que está haciendo, esa es la razón por la cual la doctrina y la jurisprudencia siempre la trato como un atenuante, es decir disminuirle la responsabilidad y como consecuencia fijarle una pena menor".

Por último entendió que desde nuestra óptica al "estar privándose a la persona de su libertad de decisión, más allá de que su conciencia está plenamente vigente, esa privación de la libertad de decisión es la que nosotros viendo el derecho penal como un derecho donde la libertad de conducta y la libertad de decisión es lo que debe primar, lo proponemos como un eximente".