Se cumple el primer año de la gestión Macri y, tal como ha sucedido con otros gobiernos, proliferan todo tipo de análisis sobre cuáles vienen siendo sus resultados tanto en el plano económico como en el político.
Para el balance financiero –que incluye el comportamiento de acciones, bonos y otros activos- necesariamente deben ser tomadas algunas referencias, como la evolución de la inflación y del tipo de cambio.
La vara que se utiliza para medir esos rendimientos resulta clave, ya que no es lo mismo comparar el precio de un activo con la inflación o con la tasa de devaluación.
El billete verde no fue de la partida
Parece que fue hace una eternidad pero, en realidad, en el inicio de la gestión Macri existía el "dólar ahorro", al que se podía acceder con aval de la AFIP y pagando un recargo del 20% sobre la cotización oficial.
Compartía cartel con un colega, el "dólar turista". En este caso, ese recargo se elevaba al 35%.
Así las cosas, si se toman en cuenta esos valores y se los compara con el único de hoy día, la variación que experimentó el billete verde es mínima: 10% frente al blue.
Si la comparación se realiza en función del billete verde que se autorizaba para atesoramiento:
-El 10 de diciembre de 2015, el precio era $11,71, cifra a la que había que sumarle la retención del 20%, de modo tal que el valor final al público era de $14,05.
-Transcurrido el primer año macrista, la divisa estadounidense pasó a ubicarse en los $16,10 (14%).
Ganadores y perdedores
A la hora de medir resultados financieros, aparecen dos grupos de personas:
-Aquellas que los analizan en términos de mayor o menor poder de compra, para lo cual comparan el rendimiento de un activo con la inflación.
-Quienes apuntan a incrementar sus patrimonios en dólares. En este caso, comparan esos mismos rendimientos con la tasa de devaluación (no con el índice inflacionario).
Por lo pronto, los del primer grupo se han encontrado con una vara muy alta de superar, ya que el índice de precios fue del 44% en el período.
Una conclusión preliminar del primer año de Macri en el poder es, parafraseando a un antiguo ministro de Economía: "Quien apostó al dólar perdió".
Por el contrario, aquellos que se despojaron de sus tenencias verdes e invirtieron en una variada cantidad de acciones, tanto del panel líder como del general, obtuvieron ganancias considerables, medidas punta a punta.
Además, no necesitaron recurrir a la típica estrategia de entrar y salir en repetidas ocasiones para lograrlas.
El Merval escaló 32%, mientras que los bonos avanzaron en promedio casi 30% a nivel general y un 36% los emitidos en pesos a largo plazo.
Pasando a lo particular, puede confeccionarse un listado de los grandes ganadores del período, incluyendo tanto acciones del panel líder como del general.
Entre todas las cotizantes, hubo un nutrido grupo con resultados altamente positivos -tanto en pesos como en dólares- destacándose los de Grupo Concesionario del Oeste, cuyos papeles ofrecieron una ganancia del 300% este año.
Un poco más abajo se ubicaron los de Petroquímica del Conosur, que llegaron a subir 765% cuando corrió el rumor de que su actual propietaria, PDVSA, estaba a punto de venderla.
Pese a que esto no sucedió, y a que estallara la burbuja que rodeaba su precio, viene rindiendo casi 250% en 2016. No obstante, el futuro de la compañía aparece por demás complicado.
Nery Persichini, analista de Inversor Global, considera que está al borde de la quiebra, exhibiendo un patrimonio neto contable negativo.
Pisándole los talones aparece otra concesionaria: Autopistas del Sol, que administra los trayectos de la Av. General Paz y Acceso Norte.
La compañía, que cuenta con más de 10 años de antigüedad, informa que "ha totalizado inversiones en obras por un valor superior a los u$s900 millones".
Se trata de un consorcio integrado, por Abertis, Impregilo International, Sideco y Dycasa, entre otras. En el recinto bursátil se opera el 30% del total del paquete accionario.
Luego, en el ranking de ganancias aparece Grimoldi, un clásico del mercado local. Se dedica, por cuenta propia o asociada con terceros, a la fabricación y venta de calzados, indumentaria y artículos de cuero.
Es una de las pocas firmas nacionales de más de 100 años que sigue en manos locales y que ha podido sobrevivir a los vaivenes políticos y económicos que atravesó el país.
El "top five", en cuanto a rendimientos, lo completa Agrometal (165%), que recientemente ascendió al Panel Líder a raíz del fuerte aumento del volumen operado en los últimos meses.
Esto, producto de la recuperación del sector agropecuario, rubro en el que figura como uno de los principales proveedores de maquinaria de roturación y siembra. Su marcado protagonismo se refleja en un share del 25%.
Un escalón más abajo aparece Petrolera Pampa, que tomó posesión de Petrobras Argentina a mediados de año.
Esta operación se "abrochó" en mayo pasado por una cifra de casi u$s900 millones. Fue asistida financieramente por el grupo para poder adquirir el 67% del paquete accionario de la brasileña.
Necesitó desprenderse de algunas participaciones para poder llevar a cabo esa adquisición: se desprendió de parte de Transportadora de Gas del Sur (TGS) que fue vendida al grupo Werthein - Sieleki por u$s241 millones.
En cuanto a las acciones que cotizan en el exterior bajo la forma de ADRs, la performance más destacada ha sido la de Petrobras, con una suba del 145%.
El avance de la petrolera estatal brasileña se produjo a partir de un notorio "rebote" que comenzó a gestarse a principios de año, luego de haberse visto afectada por las denuncias de corrupción en el país vecino y, además, por el desplome en el precio internacional del crudo.
Como puede observarse en el cuadro, del "top ten" de empresas, la mitad cotiza en el Panel Líder (Merval), otras cuatro en el General y una en Nueva York bajo la forma de ADR.
Así como algunos inversores festejan un 2016 que les permitió incrementar sus patrimonios en dólares, aparecen otros con "caras tristes".
Son aquellos que apostaron a papeles que acusaron resultados muy negativos, liderados por los de Paty, que bajaron casi 25%.
A este desplome le siguió el de Aluar (20%) y Morixe (19%).
Las acciones de Havanna tampoco tuvieron un buen recorrido inicial (arrancó a cotizar en junio), al igual que las de Telefónica
Mauricio vs. Néstor y Cristina
Puede resultar interesante comparar los datos del primer año de Macri con los de sus antecesores, en cuanto a rendimientos bursátiles.
En el inicio de la presidencia de Néstor Kirchner, los precios de las acciones habían repuntado poco más del 8% y los de los bonos, un 14%, frente a un dólar que ganaba apenas un 3,5%.
La tasa de interés acumulada del período fue levemente inferior al 4%, con una inflación del orden del 3%.
En otras palabras, fue un arranque que mostró rendimientos positivos en el mercado de capitales, cualquiera fuera el indicador utilizado.
En tanto, el primer año de la primera presidencia de Cristina Kirchner tuvo como hecho destacado el derrumbe de las cotizaciones, tanto de acciones como de bonos.
El Merval acusó una baja del 50%, con varios papeles que llegaron a hundirse hasta el 80%, como los de Edenor o Grupo Clarín.
A los títulos públicos tampoco les había ido bien, exhibiendo un retroceso del 42%.
En rigor de verdad, no sólo influyó su postura poco amigable con los mercados financieros. También, el cimbronazo que generó el estallido de la crisis de las hipotecas subprime en los Estados Unidos.
Y, claro está, los efectos derivados de la crisis con el campo por las retenciones móviles.
En ese contexto, el dólar había aumentado cerca del 10% y las tasas de interés se ubicaban en el 12% anual.
Luego vino el segundo mandato de CFK, con un primer año que mostró datos más auspiciosos en el terreno de los bonos, que llegaron a ganar casi un 40%.
Las acciones, en cambio, subieron un 16%. Apenas pudieron ganarle al dólar oficial -que escaló un 14%- y sucumbieron frente al blue, que avanzó en ese lapso un 35%.
Fuente:iprofesional.com