PROVINCIALES

ESPASMODICA DECISION

Gobierno designó médico en la Unidad de Detención tras huelga de hambre

El Gobierno de Tierra del Fuego decidió designar un médico de forma permanente a la Unidad de Detención tras una huelga de hambre llevada a cabo por varios reclusos. El profesional acudirá al Penal una hora por día, todos los días, sin que se haya determinado aún el horario de visita. 

La Unidad de Detención de Río Grande ahora contará con un médico para los reclusos.
La Unidad de Detención de Río Grande ahora contará con un médico para los reclusos.
El secretario de Seguridad de Tierra del Fuego, Daniel Facio, confirmó que Gobierno provincial dispuso asignar un médico a la Unidad de Detención 1 de Río Grande, por lo que fue dejada sin efecto la huelga de hambre que llevaban a cabo algunos de los reclusos.

“En este momento no quedo ningún interno en huelga, ya que han depuesto la actitud a partir de la determinación de asignar un medico perteneciente a las filas de la Policía, de manera permanente al Servicio Penitenciario”, aseguró el funcionario.

El profesional médico prestará servicios todos los días, una hora por día, “en horario aun no determinado, pero la situación que generó la protesta de los internos ya fue resuelta”, reiteró Facio.

En tanto, la secretaria de Derechos Humanos, Nélida Belous, comentó que “el sábado, nos apersonamos en el Hospital de Río Grande para ver cuál era la situación del recluso que había sido intervenido quirúrgicamente por un cuadro de peritonitis, y afortunadamente ya no estaba en terapia intensiva y sino que fue trasladado a sala común”.

“Conversamos con él, nos pusimos a su disposición, le preguntamos si necesitaba algo, como había estado, y nos comentó que de la Alcaidía lo llevaron al hospital y ahí lo tuvieron unas cuantas horas en la guardia y lo atendieron, pero que ya estaba bien”, agregó la funcionaria.

Tras haber dialogado con el interno, “fuimos con el abogado de la Secretaría de Derechos Humanos José Navarro a la Unidad de Detención, y allí pedimos hablar con los reclusos que estaban en huelga de hambre para comentarles como estaba su compañero y como podíamos interceder para resolver la situación”, continuó la Secretaria.

“Hablamos con dos personas, de las tres que habían comenzado la huelga de hambre seca, es decir sin ingerir absolutamente nada, pocas horas antes; y nos dijeron que ya había estado el Director de la Alcaidía para ofrecerles una solución y que iban a tener un medico; pero que ellos temían que esto no se cumpliese, entonces requerían que la doctora Incardona o la Secretaria que estuviese a cargo del Juzgado el día sábado, refrendara ese acuerdo al que se había llegado”, relató Belous.

“Así que estuvimos unas cuantas horas conversando con ellos de algunos otros requerimientos que habían solicitado, y nos comprometimos a dialogar con las autoridades para resolver esto lo antes posible, así levantaban la huelga de hambre. Hablamos con el Secretario Facio, y planteamos que lo que pretendían ellos era que se refrendara el acuerdo con la doctora Incardona, y el Secretario de Seguridad nos aseguró que no había ningún inconveniente”, concluyó.

Reclamo de los presos

El detonante de la huelga de hambre y el reclamo airado de los reclusos fue un hecho ocurrido la semana pasada con el interno Diego Martínez, un hombre de Tolhuin condenado por abuso, quien venía acusaba dolencias peor no conseguía ser trasladado al Hospital Regional Río Grande.

Finalmente, la semana pasada, Martínez se descompensó y fue llevado de urgencia al nosocomio donde se le diagnosticó una ‘peritonitis gangrenosa’ que puso en riesgo su vida, cuestión que fue resuelta con una intervención quirúrgica que lo mantiene internado en sala de Terapia Intensiva.

Esta situación generó un amplio malestar dentro de la Unidad de Detención, donde una docena de internos firmaron un Hábeas Corpus que fue presentado ante la Jueza de Ejecución de Penas, la Dra. Cecilia Incardona.

A la espera de esa decisión demorada, algunos reclusos mantuvieron una huelga de hambre a modo de protesta que llegó al extremo de que muchos de ellos no consumieran ni alimentos sólidos ni líquidos.
 

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