RÍO GRANDE

DESDE MARZO SÓLO TRABAJARON 10 DÍAS

Jardines maternales se manifestaron en situación desesperante

Cuatro jardines maternales de la ciudad de Río Grande piden ayuda para no cerrar sus puertas. Los establecimientos Sol y Luna, City Kids, Patito Ñato y Huellitas ya no resisten la inactividad por el aislamiento por coronavirus. “Sólo nos ayudaron una vez pero ahora ya estamos al borde del colapso”, explicó una de las responsables.

Viste de uno de los jardines que cerraría sus puertas de manera definitiva.
Viste de uno de los jardines que cerraría sus puertas de manera definitiva.

RIO GRANDE.- Cuatro jardines maternales que funcionaron de manera tradicional en esta ciudad, cerrarían sus puertas definitivamente si no reciben una ayuda inmediata.

Los establecimientos Sol y Luna, City Kids Patito Nato y Huellitas son los 4 jardines maternales que se encuentran en situación desesperante y deberán cerrar sus puertas definitivamente si no reciben ayuda o si no les dejan abrir sus puertas para generar ingresos. Así lo manifestó Paola Cayuñam quien entendió que suman unas 60 las familias que dependen de estas fuentes de trabajo.

Es de destacar que estos son espacios en donde muchos padres dejan a sus hijos para poder ir a trabajar. Actualmente, no están dentro del sistema educativo, y aunque son una actividad comercial, tampoco pueden retomar sus tareas. “Estamos seguros que no podremos abrir en agosto y no sabemos qué pasará en septiembre pero, aunque nos dejen abrir en ese mes, para nosotros, este año está perdido”, señaló la responsable del jardín Patito Ñato.

Cayuñam pidió que el Gobierno entienda que existen prioridades porque hay sectores que están mucho más golpeados que otros y nosotros estamos dentro de esos sectores”.

Contó que los jardines recibieron un subsidio por única vez pero que sólo les sirvió para paliar una situación extrema. “Estábamos contentos porque ya nos habían aprobado el protocolo y pudimos abrir, pero lamentablemente fueron sólo 10 días y nos pidieron cerrar nuevamente”.

Señaló que se han comunicado con todas las autoridades pero ninguna les dio una respuesta favorable. “Nos dijeron que nos ayudarían nuevamente con otro subsidio pero eso nunca sucedió y ahora ya no podemos más. Estamos desesperados”, definió la trabajadora.

Recordó que todos los jardincitos debieron cerrar sus puertas el 16 de marzo “y solamente estamos subsistiendo con las cuotas solidarias de los papás que nos ayudaron pero eso también se nos terminó”.

Explicó que fueron los primeros en cerrar y los últimos en abrir y ahora. “Presentamos un protocolo que se cumplió de manera ordenada y pudimos volver abrir pero fueron sólo 10 días y luego debimos cerrar nuevamente. Ahora no sé qué vamos a hacer”, se lamentó.

“Sólo nos piden que esperemos”

“Lo que pedimos es que nos incluyan en alguna de las medidas económicas paliativas frente recesión económica causada por la pandemia de COVID-19. Nosotros recibimos una vez el subsidio que fue un paliativo pero las deudas que hemos generado en estos meses ya son asfixiantes y no podremos hacerles frente si no tenemos una respuesta rápida”.

“A los ATP no pudimos ingresar porque en AFIP figuramos como educación. Y en los beneficios que ofrece la provincia, tampoco podemos recibir ayuda alguna, porque no estamos dentro de lo que es educación. Hace unos diez días hablamos con las ministras Sonia Castiglione y Analía Cubino, pero aún no hemos recibido una respuesta”, detalló.

En cuanto a la matrícula la mujer explicó que cayó en un 90% y por más que nos dejaran abrir en septiembre, sólo nos serviría para pagar algo de las deudas que hemos generado en estos meses”. Por el momento y si nos dejaran abrir “no sabemos con cuántos niños vamos a trabajar y tampoco sabemos cómo haremos para sostener el personal que trabaja en estos cuatro establecimientos”.

Una actividad necesaria

Cabe señalar que los jardines maternales reciben a niños desde los meses hasta los 3 años. Aunque es un servicio muy demandado, la informalidad en que se encuentra, no permite que durante este tiempo se pueda exigir el pago de cuota, o compromiso alguno de seguir pagando por el servicio, aunque sea de forma financiada: “Necesitamos alguna medida, un subsidio, algo que nos permita saber que vamos a poder seguir trabajando. Ni siquiera tenemos la ayuda solidaria de los padres y lo entendemos porque ese gasto no es una obligación de ellos. Hoy no tenemos ningún tipo de respuestas”, cerró.

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