ARGENTINA.- Los paracaidistas militares del Ejército Argentino se forman en la Escuela de Tropas Aerotransportadas y Tropas de Operaciones Especiales, heredera de la Escuela de Tropas Aerotransportadas, creada en octubre de 1943 en Campo de Mayo.
“Con el cuerpo confiado en la tela y puesta el alma en manos de Dios”, es el lema que recitan los paracaidistas militares. Son quienes preparan el terreno para el avance de los soldados en tierra. En nuestro país, hace 70 años, se creaba la Escuela de Tropas Aerotransportadas del Ejército Argentino. Hoy, son las fuerzas de choque y rápida intervención.
En medio de la estepa ucraniana, más precisamente en el distrito militar de Kiev, en la Unión Soviética, el jefe de la comisión militar argentina allí presente, fue testigo de una particular demostración. Con otros agregados militares extranjeros, quedó asombrado por el lanzamiento desde el aire, de 1.500 paracaidistas pertenecientes a los primeros regimientos aerotransportados de que se tenían noticia en el mundo. Corría 1935. Una vez de regreso al país, el oficial superior redactó un informe sobre lo que tanto le había llamado la atención como observador de aquellas maniobras. Ese particular entusiasmo y el de sus compañeros que lo habían acompañado en aquella visita, encontró eco en el propio presidente de la Nación, general Agustín P. Justo. Ni lento ni perezoso, el primer mandatario recomendó estudiar la posibilidad de formar una unidad similar a la de los soviéticos entre nuestros soldados. El tiempo fue pasando y las intenciones de crear esa nueva unidad quedaron archivadas. Sin embargo, con la Segunda Guerra Mundial en pleno apogeo, una acción bélica en el Mar Mediterráneo las sacarías de donde “dormían el sueño de los justos”.
Hecho clave
En el amanecer de aquel 20 de mayo de 1941, la Operación Merkur se puso en marcha. Desde aviones Junker Ju-52 cientos de paracaidistas alemanes fueron lanzados sobre la Isla de Creta, en una operación militar sin precedentes. Después de intensos y dramáticos combates, donde perdieron la vida numerosos soldados de ambos bandos, la invasión tuvo éxito. La acción impresiona al mundo. Entre nosotros, por supuesto, impactó a los mandos del Ejército, especialmente de la Aviación Militar. El anhelo no se hizo esperar. “Tenemos que desarrollar una unidad paracaidista”, fue la orden que circuló por los pasillos de la Secretaría de Guerra. En el Boletín Militar del 8 de abril de 1942 quedó plasmada con la publicación de los detalles para crear una unidad de esas características. Al mismo tiempo, numerosos oficiales y suboficiales fueron anotándose voluntariamente para integrarla. Pero, tuvieron que esperar hasta el 11 de octubre de 1943, cuando fue creada la Escuela de Tropas Aerotransportadas del Ejército con asiento en Campo de Mayo. Meses después, el 14 de febrero de 1944 se formó el primer Batallón Paracaidistas al mando del mayor Luis Ibarra. De esta manera, la Argentina se había convertido en el quinto país en el mundo en contar con una fuerza de paracaidistas, detrás de la URSS, Alemania, Gran Bretaña y los Estados Unidos.
El correr del tiempo
El 1º de mayo de ese año, el batallón pasó a la Guarnición Aérea Córdoba como Escuela Militar de Paracaidistas. El 9 de julio, fue presentada en sociedad durante el desfile militar por el festejo del día de la Independencia. Y el 21 de diciembre, para celebrar un nuevo aniversario de la fundación de la Fábrica Militar de Aviones, una veintena de paracaidistas saltó sobre El Palomar. Finalmente, el 10 de marzo de 1945 quedó oficializado el título de paracaidista militar Con la creación del Comando en Jefe de la Aeronáutica, el 11 de febrero de 1944, la Escuela de Paracaidismo pasó a depender de la naciente Fuerza Aérea Argentina que el 1º de julio se había separado del Ejército. Pero, en 1950 se impuso el criterio de que los paracaidistas desarrollaban sus acciones en tierra y que el avión solo los transportaba hasta donde debían saltar. Eso provocó que dos años después, fueran integrados en el Regimiento de Infantería 13, en la ciudad de Córdoba.
En la faz profesional, los paracaidistas participaron en numerosas misiones especiales como marcación y operación de zonas de aterrizaje, patrullas de exploración, reconocimiento, obtención de información, emboscadas y golpes de mano. Entre sus lanzamientos más recordados cabe señalar los de Pampa de Canota, Mendoza y San Antonio de los Cobres, Salta, a 3600 y más de 4000 metros sobre el nivel del mar. También, los realizados en Misiones, Tartagal, Catamarca, Santiago del Estero, Monte Caseros, Rosario del Tala, Comandante Luis Piedrabuena, San Luis, Chaco. En 1982, durante la Guerra de Malvinas, el Grupo de Artillería Aerotransportado 4 fue el único enviado a las islas. El 13 de mayo de 1999 se realizó el primer salto de media altura (a 5.000 metros) que constituyó un hito dentro de la historia del paracaidismo militar.
El brevet de oro es la meta de todos los soldados que se lanzan al espacio
