PROVINCIALES

CADA VEZ PEOR...

Del despropósito de la acción al eufemismo de la palabra sin escalas

La decisión de los Legisladores de aumentar escandalosamente los salarios propios y el de la Gobernadora de Tierra del Fuego, generaron un amplio revuelo. Lejos de mermar, la polémica sigue vigente y en delfuego noticias analizamos los hechos, pero también las palabras de quienes intentaron minimizar la desvergonzada decisión.

Levantar la mano. Así de fácil fue para los parlamentarios.
Levantar la mano. Así de fácil fue para los parlamentarios.
eufemismo
(Del lat. euphemismus, y este del gr. εὐφημισμός).
1. m. Manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante.



Los Legisladores tomaron la posta. No les importó nada. En el medio no pesó la ideología, las ideas a defender y mucho menos la imagen desgastada tras cuatro años de gestión de espaldas a la comunidad que los eligió.

Así, y con escasa oposición, decidieron incrementarse los salarios de forma descarada, casi insultante para una provincia aquejada por la falta de recursos y por una inflación que lejos, es la más alta del país. Y eso, ya es mucho decir.

Con simpleza y sin ponerse colorados de vergüenza, uno a uno fueron levantando tímidamente la mano. Sobre el cierre de la última sesión concretaron el impúdico acto. Solo cuatro parlamentarios decidieron rechazar la iniciativa. Cuatro de quince.

Si hasta se dio el colmo que Norma Gildstein, en su primer día como Legisladora reemplazante de un reemplazo, también levantó la mano y como quien no quiere la cosa, sumó una voluntad más al despropósito.

Hay un dato que no es menor: entre los Legisladores que aprobaron el incremento figura el presidente del cuerpo, Fabio Marinello, quien en los días sucesivos se encargó de ‘esconderse’ de forma mágica para evitar el descrédito del vulgo y las preguntas incisivas de algunos periodistas.

Para coronar la seguidilla de hechos impensados, la gobernadora Fabiana Ríos aclaró –como si hiciera falta- que en realidad no se trataba de un aumento salarial sino de un “readecuamiento de la escala de dietas”.

Y estalló la bronca, la indignación y el asombro porque en efecto, y aunque no lo admita, Ríos apeló a un recurso lingüístico para disfrazar la realidad, para maquillarla y hacerla ver más suave de lo que en realidad es.

Un eufemismo, tan simple como eso. Pocos se animaron a cuestionarla. Lo cierto es que Ríos ‘maquilló’ la inexorable realidad. Intentó suavizar los hechos concretos para que duela menos saber que la Legislatura aprobó un aumento salarial que llevará su salario a 77 mil pesos y, por decantación, los de toda la planta política provincial y los Legisladores.

Así, el género político fueguino pasó del despropósito de la acción al eufemismo de las palabras en cuestión de días. Mientras, los más de 200 mil fueguinos que habitan este suelo observan impávidos cómo, una vez más, sus representantes le dan la espalda y solo resta preguntarse: ¿Hasta cuándo?

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