El fiscal adjunto de Puerto Aysén, Pedro Poblete Viejo, junto a un equipo de peritos de la Policía de Investigaciones (PDI) pudieron registrar fotográficamente y en video entre 60 y 70 “carcasas” (restos de piel, barbas y huesos) de ballenas en avanzado estado de descomposición.
El jefe de rescate animal de Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), doctor Mauricio Ulloa, explicó que “este sobrevuelo era necesario para georreferenciar la posición de los cetáceos, y poder hacer después una navegación acotada que permita la toma de muestras. Lamentablemente, el avanzado estado de deterioro impedirá la realización de necropsias, pero de igual forma se podrán muestrear las barbas y otros elementos, que permitirán hacer análisis como patrones genéticos, hábitos de alimentación y determinar la edad y la especie”.
El especialista recordó que se trata del mayor varamiento de grandes cetáceos del que se tenga registro en el mundo, con más de 300 especies reportadas en la denuncia ingresada por investigadores particulares en noviembre pasado.
Por su parte el fiscal de Puerto Aysén, señaló que “se ha realizado un trabajo que ha permitido fijar restos óseos de las ballenas en puntos aledaños a la península de Tres Montes en el Golfo de Penas, sector de la comuna de Aysén, y en el sector del seno Newman. Esto nos permitirá focalizar el trabajo que a posteriori deberá realizar un equipo multidisciplinario conformado por científicos y entes periciales que nos permitirá determinar la causa basal de estos varamientos masivos de cetáceos, establecer si se trata de una misma especie y determinar si existió o no intervención humana”, indicó Poblete Viejo.
Las ballenas fueron descubiertas el pasado 17 de noviembre por un grupo de científicos. En un suceso similar, en mayo pasado se localizaron cerca de 30 cetáceos muertos.
Cristián Hudson, director de Sernapesca de la región de Aysén, explicó a los periodistas que “el número de cetáceos muertos es impactante”.
“Hasta ahora nunca habíamos tenido denuncias de esta magnitud”, enfatizó Hudson.
En principio, los científicos que investigan la muerte de esta especie descartan la intervención humana.
