Mientras UTEDyC protestaba, Cano no se privó de su ‘show personal’

Mientras se llevaba a cabo la movilización y protesta de la Unión Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles (UTEDyC) en el acceso al edificio de la Asociación de Ayuda al Discapacitado ‘Déjalo Ser, Déjame Ser’, el secretario de la entidad, Juan Cano, hizo gala una vez más de su mala educación y prepotencia.

Varios minutos después de comenzada la protesta, Cano salió a la calle y mientras bailaba, se puso un redoblante y se sumó a la ruidosa protesta, burlándose de los sindicalistas que acompañaban al grupo de manifestantes.

No conforme con ello, encaró al cronista de delfuego noticias que en ese momento realizaba un video de la patética pantomima, y lo inquirió: “Preguntale a éste (señalando al secretario general de la CGT Río Grande, Walter Campos) cuantos (trabajadores) quedaron cuando hizo paro con los de SMATA. El los expulsó. No quedó ni uno”.

“Se hizo el macho (sic), fue al Ministerio de Trabajo y los eché a todos a la mierda. Los dejó en banda”, aseguró, intentando hacer responsable al dirigente gremial de sus propios desaciertos como titular de una organización sin fines de lucro, que fue cuestionada desde el inicio de sus días.

Ante las preguntas del cronista sobre si iba a echar de nuevo al personal tras la protesta, Cano titubeó: “No si son… No están en negro. Ya nos vamos. Aquel (nuevamente señalando a Walter Campos) los embaló a todos”.

Requerido sobre la posibilidad de presentarse nuevamente a la licitación, el polémico representante de la Asociación de Ayuda al Discapacitado ‘Déjalo Ser, Déjame Ser’ aseveró: “No, si estos son delincuentes. A estos (señalando a la dirigencia de UTEDyC) los denuncié en el Tribunal de Cuentas provincial, en la AFIP, en el Concejo Deliberante de Ushuaia porque estos tienen el estacionamiento medido en Ushuaia en negro. Ahora te muestra la grilla, constatada por Escribano Público”.

Tras ello, Cano se retiró del lugar, ingresó a su vivienda y no volvió a salir hasta pasado un buen rato. Cuando regresó a la vereda, insultó una vez más a la dirigencia gremial, acusó de corruptos a los manifestantes, increpó a un periodista y amenazó a todos los presentes. Eso sí, jamás trajo la documentación que dijo tener en su poder para realizar semejantes denuncias.