RIO GRANDE.- La Casa Rosada activa su maquinaria represiva en Tierra del Fuego mientras el malestar social se intensifica por las políticas de ajuste del Gobierno de Milei, que ponen en jaque más de 9.500 puestos de trabajo en el sector electrónico tras la quita de aranceles al subrégimen industrial. Ante este escenario crítico, la Nación dispuso la conformación del Comando Unificado Tierra del Fuego, un operativo que integrará a Gendarmería, Policía Federal y Prefectura Naval. Estas fuerzas federales operarán bajo las directivas del Ministerio de Seguridad con el objetivo de contener posibles cortes de ruta y bloqueos, especialmente en la estratégica Ruta Nacional Nº3, que conecta Ushuaia, Tolhuin y Río Grande.
Esta movida del Ejecutivo nacional se produce en un momento álgido, marcado por la inminente aplicación de medidas económicas que amenazan la estabilidad laboral en la isla, sumado al paro general metalúrgico convocado para este miércoles 21, lo que podría desencadenar protestas masivas. Desde distintos ámbitos gremiales y políticos fueguinos se han manifestado fuertes críticas ante esta decisión, denunciando que el Gobierno central opta por la represión en lugar de buscar soluciones al grave problema laboral que atraviesa la provincia. Advierten además sobre el riesgo de una escalada en la confrontación social con la implementación del denominado “protocolo Bullrich”.
Diversas voces locales señalan que, en lugar de abordar la emergencia laboral que vive Tierra del Fuego, el Gobierno nacional parece priorizar una respuesta militarizada ante los posibles reclamos populares. Un referente sindical expresó con dureza que la intención es "blindar la provincia para que nadie moleste mientras destruyen el empleo". El mensaje de la Nación parece ser claro: cero tolerancia a los cortes de ruta, incluso en un contexto de ajuste económico generalizado. Mientras el enojo crece en Tierra del Fuego, la respuesta del Gobierno central parece inclinarse por el uso de la fuerza en lugar del diálogo.