PROVINCIALES

MALOS MODALES

Por un funcionario internado, médicos denuncian ‘aprietes’ del Gobierno

El coordinador del Ministerio de Salud, Juan Mijana, habría sufrido un ACV que requirió pronta internación. Mientras era atendido en Guardia, funcionarios y ex candidatos del oficialismo habrían irrumpido de mal modo y con insultos al personal, exigieron se le dé prioridad de atención. 

La intimidación se habría producido en la Guardia Central del nosocomio riograndense.
La intimidación se habría producido en la Guardia Central del nosocomio riograndense.
Este miércoles por la tarde, personal médico y enfermeros del Hospital Regional Río Grande vivieron un momento tenso cuando irrumpieron funcionarios de segundo y tercer orden de la cartera sanitaria provincial, acompañados de ex candidatos del oficialismo, exigiendo pronta atención para un funcionario que había sufrido un ACV.

En efecto, el coordinador del Ministerio de Salud en Río Grande, Juan Mijana, sufrió hace algunos días una descompensación en su domicilio y tras llegar por sus propios medios al nosocomio, fue pasado a médico de guardia y quedó en observación. Cuando se lo volvió a examinar, se detectó un cambio en el cuadro por lo cual, el especialista a cargo solicitó se le practique una tomografía computada y una resonancia magnética, además de su pronta internación en Terapia Intensiva.

La situación de Mijana varió sustancialmente en las últimas horas y por ello, el personal médico a cargo de sus cuidados habría solicitado una pronta derivación fuera de la provincia para que reciba una atención acorde a los síntomas que presenta.

¿Hubo ‘apriete’?

Personal médico que presenció la escena contó a delfuego noticias que luego de la llegada de Mijana a la Guardia del nosocomio local, se hicieron presentes raudamente funcionarios de segunda y tercera línea junto a referentes del espacio político oficialista, exigiéndole a los especialistas la prioridad de atención del funcionario internado.

Es más, uno de los prepotentes había amenazado a los médicos con denunciarlos si no se cumplía con una atención dedicada y diligente, poniendo por sobre los otros pacientes su condición de funcionario de Gobierno.

Testigos del hecho confiaron que la intimidación incluyó insultos, amenazas y una actitud beligerante de parte de quienes creyeron que por ostentar un cargo se encuentran un escalón por sobre el resto de los ciudadanos que aguardaban pacientemente ser atendidos.
 

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