PROVINCIALES

Tierra del Fuego busca su autonomía alimentaria

Un proyecto busca diseñar y construir quince invernaderos adaptados a climas extremos. Se trata de invernaderos modulares, que ofrecen la ventaja de comenzar a cultivar en una escala chica. Además, serán creados con materiales locales.

Tierra del Fuego busca su autonomía alimentaria

Durante las últimas dos décadas Tierra del Fuego triplicó su población, sin embargo no cuenta con producción agrícola propia. Así es como el ingeniero en producción agropecuaria Gustavo Vater, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC) se propuso el objetivo de que dicha provincia empiece a producir sus propios alimentos.

Para lograrlo considera esencial desarrollar métodos innovadores que permitan aumentar la productividad agrícola de la región. "No puede ser que todavía comamos frutas y verduras que vienen desde 3 mil kilómetros, que tienen un alto costo y por lo general no llegan en estado óptimo dado que en el recorrido pierden calidad nutricional”, expresó el investigador.

A cargo del Laboratorio de Innovación Productiva del CADIC, Vater articula proyectos experimentales que apuntan a adaptar frutas y hortalizas a las particulares condiciones climáticas de la zona y a generar conocimientos que permitan optimizar la propagación de los cultivos. Se apunta a que tanto las semillas aclimatadas como las técnicas y tecnologías probadas sean luego trasladadas a productores privados para que sean ellos quienes tomen la posta.

Un proyecto busca diseñar y construir quince invernaderos adaptados a climas extremos (bajas temperaturas, abundantes nevadas y fuertes vientos) como el de Tierra del Fuego, repartidos en las ciudades de Ushuaia, Río grande y Tolhuin. Se trata de invernaderos modulares, que ofrecen la ventaja de comenzar a cultivar en una escala chica. Además, serán creados con materiales locales. 

Durante un proyecto anterior se experimentó y buscó adaptar al lugar hortalizas como la acelga, el brócoli, los tomates cherry o el zuchini. El éxito de los ensayos fue tal que luego, con aportes de las diferentes intendencias de la provincia, se construyeron veinte invernaderos similares al del CADIC. 

Otro de los proyectos tiene como protagonista a la vermicultura. El objetivo es producir vermicompuesto a partir del cultivo de lombrices para tratar desechos orgánicos. Es un compostaje que se usa para mejorar suelos, no solamente los hortícolas sino también los erosionados. 

El proceso a seguir consiste en mezclar desechos vegetales de uso domiciliario con otros de la industria maderera y, luego de un tiempo, agregar las lombrices para que se coman la flora bacteriana y de hongos asociada al compuesto y que con sus deposiciones produzcan un material que sirva como abono para mejorar los suelos desde el punto de vista físico, pero también en lo que refiere a la aireación o al ingreso de agua. Este proyecto Vater lo trabaja junto a Fabián Vanella, investigador adjunto del CONICET en el CADIC, quien planea tomar las lombrices cultivadas para producir harina proteica que se utiliza como alimento balanceado para animales.

Fuente: El Federal

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