PROVINCIALES

A cuatro años de la caída del puente no hay plan de restauración

La vieja estructura inició su trágico final varios meses antes, cuando el viento cortó los tensores que lo mantenían en pie. Pero durante los primeros días de agosto de 2011, el icono de la ciudad cedió definitivamente y terminó sumergido en las gélidas aguas del río Grande. A pesar de las promesas, nada se hizo para su restauración y no se conocen planes a futuro.

El puente fue arrastrado por el hielo y la corriente.
El puente fue arrastrado por el hielo y la corriente.
Este último fin de semana se cumplió un nuevo año de la dolorosa caída del puente colgante sobre el río Grande construido en 1918 y que fuera durante décadas, símbolo de una época próspera y pujante del norte de la provincia de Tierra del Fuego.

La caída de semejante estructura comenzó a producirse inexorablemente en septiembre de 2010 tras una jornada de intensos vientos. En aquel momento, los tensores que sostenían la estructura del puente cedieron ante la fuerza del viento y dejaron a la pasarela central, colgando y ladeada hacia la izquierda.

Con el correr de los meses, esa estructura fue cediendo hasta apoyarse en el agua y con la llegada del invierno y los deshielos, ocurrió lo peor. Un viernes 5 de agosto de 2011, pasadas las 15, los tensores que sostenían a duras penas la vetusta estructura, cedieron para siempre.

Así fue que a la indignación de la comunidad se le sumó la falta de reflejos de la gestión provincial y local. En los días subsiguientes, las culpas se repartieron entre funcionarios que delegaban responsabilidades y que aportaron pocas soluciones.

Tres días después de la caída del puente, el entonces intendente de Río Grande, Jorge Martín, le solicitó al ministro de Obras y Servicios Públicos de la provincia, Manuel Benegas, que interviniera ante la delicada situación del monumento histórico, cuya responsabilidad de mantenimiento estaba bajo la órbita del Ministerio de Educación de la provincia de acuerdo la ley de protección de los monumentos históricos.

Es así que Benegas, junto con quien era presidente de la Dirección Provincial de Vialidad (DPV), Gerardo Chekerdemián, coordinaron la remoción de la estructura que permaneció baje el cauce del río varios días. La labor demandó la intervención de máquinas viales y camiones de gran porte alquilados a empresas petroleras, con un costo cercano a los 500 mil pesos.

Tras ello, se anunció el recupero de los hierros y maderas que formaban parte de la pasarela del puente colgante con el fin de restaurar la estructura y volver a colocarla en su lugar. Hasta la fecha no hubo movimiento en la zona y a la ciudad de Río Grande le sigue faltando un ícono de su orgulloso pasado.

Un puente con historia

El antiguo puente colgante era un monumento de la historia riograndense ya que fue construido en 1918 y representó la primera y única posibilidad de cruzar el río Grande. El mismo contaba con 110 metros y al momento de la caída estaba fuera de uso.

Ubicado sobre la Ruta Nacional 3 a 11 kilómetros al sur de la ciudad de Río Grande, años atrás fue declarado ‘Patrimonio Histórico, Cultural y Arquitectónico Municipal’ y ‘Monumento Histórico Provincial’.

Quedaba en cercanías del Cerro del Águila, y databa de 1918. Su construcción fue encargada por el pionero ganadero José María Menéndez Menéndez, dueño en ese entonces de la Primera y Segunda Argentina, grandes establecimientos ganaderos que hoy llevan su nombre y el de su esposa: Estancia José Menéndez y Estancia María Behety.

El puente sirvió de unión entre ambas márgenes del río, dado que sobre margen sur se hallaba el frigorífico en el cual se faenaba la producción ovina de esas estancias. Una vez desafectada de las labores industriales, la estructura se convirtió en ícono de la ciudad.

Inhabilitado al paso de vehículos e incluso en el último tiempo al tránsito de peatones y visitantes, el viejo puente colgante era motivo de orgullo de una ciudad y para obligada para las fotografías de los visitantes.

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