Ramírez: "Río Grande dejó de ser el lugar seguro que era"

Paloma Ramírez es la mujer que, junto con su marido y sus hijos, llegó al camping John Goodall aquel fatídico 28 de septiembre de 2008, día en que desapareció misteriosamente Sofía Herrera, sin dejar rastro alguno.

Ramírez llevó en sus manos una fotografía del rostro actualizado de Sofía durante toda la tarde. Con rostro apesadumbrado admitió que “la verdad es que nos sentimos como se sienten todos los que vivimos ese día”.

“Fabián, María Elena, ellos son los padres y lo sienten pero también nos sentimos de una manera increíble, no lo podemos creer, cómo se perdió una criatura cuando eso nunca había pasado acá”, recalcó.

Asimismo, dijo que “uno a veces miraba la isla, aguantaba el frío, el clima pero sabía que tenía seguridad y a partir de eso me cambió la vida. Río Grande, para mí, dejó de ser el lugar seguro que era”.

Sobre aquella jornada recordó que “estuvimos ese día buscándola, creyendo que estaba en el camping, que se había perdido ahí como ya había pasado muchas veces con otros chicos, que se habían extraviado en el campo, para nosotros era un caso de esos”.

Consultada acerca del rol investigativo de la Justicia y si se había hecho todo lo necesario, la mujer dijo que “yo quiero creer que sí, que se hizo todo lo que se tenía que hacer. Yo no sé los tiempos de la Justicia, pero hay cosas que me parecieron un poco lentas en su momento pero es lo que a mí me pareció” y sostuvo a su vez que “la verdad, no sé qué pensar. Hay muchas cosas que uno piensa. Hoy la verdad ya no sé qué pensar. Esto es algo que nos dejó marcados para toda la vida”.

Finalmente, Paloma Ramírez consideró que “se pudo haber hecho mucho más. Sofía se perdió a las 11 u 11,30 y no apareció nadie en el camping nadie hasta las 14.30. El que conoce la distancia que hay desde Río Grande hasta el camping, sabe que puede estar ahí en 40 minutos. Debió haber sido todo un poco más rápido”.