PROVINCIALES

NECESIDAD DE PREVENCION

Todo lo que hay que saber sobre la Tos Convulsa

La reciente detección de un caso de Tos Convlusa o Coqueluche en Río Grande, reavivó la necesidad de concientizar a los padres sobre la necesidad de la prevención y de respetar el plan vacunatorio de sus hijos. Ante ello, delfuego noticias expone síntomas y forma de prevención de esta enfermedad.

La vacunación en edad escolar es fundamental.
La vacunación en edad escolar es fundamental.
La Tos Convulsa o Coqueluche es una enfermedad que ataca principalmente a niños en la primera infancia, especialmente en aquellos grupos que sufren exclusión social, donde muchos de ellos no tienen una cobertura de vacunación adecuada que los hace vulnerables ante el agente etiológico.

Generalmente comienza con un episodio catarral inespecífico, tos irritante, que luego va evolucionando hacia accesos paroxísticos, que pueden durar una y hasta dos semanas. El cuadro de tos irritativa puede prolongarse de 1 a 2 meses o más.

Los síntomas se caracterizan por ataques repetidos y violentos de tos. Es de destacar que esta enfermedad tiene un tipo de tos que la distingue de otras patologías respiratorias: las crisis de tos se producen en serie y cada una de ellas comprende innumerables accesos sin inspiración intermedia, llamadas quintas, seguidos por un estridor respiratorio muy característico, llamado estridor laringeo. Muchas veces culmina en un episodio de vómitos.

Como ya se mencionó, en poblaciones vulnerables, no inmunizadas y especialmente en las desnutridas que suelen padecer múltiples infecciones intestinales y respiratorias, esta enfermedad causa el mayor volumen de muertes en lactantes y niños de corta edad. La causa más común de defunción la constituye la complicación por neumonías y/o encefalitis agregadas.

Los humanos son los únicos huéspedes y se contagian a través de las gotitas que se excretan al toser o estornudar proveniente de las secreciones nasofaríngeas que se diseminan.

La importancia de vacunar al niño

El Ministerio de Salud de la Nación, a partir de una recomendación de la Comisión Nacional de Inmunizaciones, decidió aplicar el refuerzo de vacuna a los 11 años luego de observar en todo el país el cuadro clínico de la enfermedad, donde el paciente pediátrico presenta un cuadro clínico muy claro ya que la tos es tan fuerte que muchas veces hace apneas y se queda sin respiración, facilitando al médico un rápido diagnóstico y tratamiento. Pero en los chicos más grandes, adolescentes y adultos el cuadro no es tan claro y muchas veces la tos es atípica, por lo que se contagia mucho en el período catarral. En este sentido, no se genera un diagnóstico precoz con el consecuente comienzo tardío del tratamiento.
Además, se tuvo en cuenta el tipo de vacuna que como muchas otras vacunas que requieren refuerzos cada cierta cantidad de tiempo, las que son contra la tos convulsa no confieren inmunidad a largo plazo. Los anticuerpos bajan con el tiempo: a los cinco años la protección puede haber disminuido un 50%, lo que exige refuerzos periódicos.

Además, se tuvo en cuenta la cobertura de vacunación en la Argentina: a pesar de que actualmente se presenta un nivel nacional de cobertura que supera el 90%, existían ciertas áreas del país con menores niveles de vacunación que el promedio.

A partir de este análisis y teniendo en cuenta que el grupo más afectado es el de los menores de 6 meses que aún no completaron su esquema de vacunación (la primera dosis se aplica a los 2 meses, la segunda a los 4 y la última a los 6 meses de vida) debía pensarse en una estrategia que protegiera a los más pequeños, ya que se estaban detectando casos en adolescentes y adultos que podían ser transmisores directos para los más chicos y no estaban siendo descubiertos a tiempo por las características sintomatológicas.

La estrategia adoptada fue entonces agregar un refuerzo a los 11 años, edad en que se completan esquemas con la Triple Viral y la Hepatitis B. En este momento se prepara al incipiente adolescente para su vida futura, y teniendo en cuenta que aún asiste al pediatra, es clave para fortalecer también la protección contra pertussis y otros agentes. Además, en el país se vacuna al equipo de salud que tiene contacto directo con el grupo de pacientes pediátricos.

Es interesante destacar que a nivel individual cada adulto sano puede colaborar también con esta estrategia de protección aplicándose un refuerzo de la vacuna triple bacteriana acelular, debido a que es una enfermedad que puede volver a cursarse y el mayor puede haber perdido los anticuerpos protectores con el tiempo.

Para esto existe actualmente una vacuna que además de incluir la Doble Adultos (que debe aplicarse cada 10 años y protege contra la difteria y el tétanos) protege contra la tos convulsa.

Por lo tanto, es importante considerar que, cuando el bebé nace, tanto la mamá (siempre en posparto) como el papá (o los convivientes más cercanos) pueden aplicarse este refuerzo de vacuna triple bacteriana acelular para evitar que su bebé se vea afectado por la enfermedad.

El calendario vacunatorio

Por lo antes expuesto, se hace necesario recordar el calendario de vacunas que rige en la Argentina y que consta de seis aplicaciones primarias desde prácticamente el nacimiento hasta los 11 años de edad.

Así, a los dos meses se aplica primera dosis (Pentavalente: difteria, tétanos, pertussis/tos convulsa, Hepatitis B, Haemophilus influenzae B) y a los cuatro meses la segunda dosis (Pentavalente).

A los seis meses se aplica la tercera dosis (Pentavalente) y a los 18 meses de vida, el refuerzo (Cuádruple: difteria, tétanos, pertussis / tos convulsa, Haemophilus influenzae B).

Finalmente, se aplica en el niño a los seis años, edad de ingreso escolar, el segundo refuerzo (Triple Bacteriana: difteria, tétanos, pertussis/tos convulsa) y a los 11 años, finalmente, el tercer refuerzo (Triple Bacteriana Acelular: difteria, tétanos y pertussis/tos convulsa).

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