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Unió Ushuaia y La Quiaca en bicicleta para ayudar a su sobrino

A sus 42 años, Marcelo Molina es de Isidro Casanova cumplió con su ibjetivo de Unir a La Quiaca con Ushuaia. Por su logro, una empresa lo premió con $80 mil. Con ese dinero, compró un elevador para la casa donde vive Tomás, de 12 años, que no puede hablar ni moverse por su cuenta.

Unió Ushuaia y La Quiaca en bicicleta para ayudar a su sobrino
USHUAIA.- Marcelo Molina de 42 años, vecino de Isidro Casanova, se embarcó en una travesía de 50 días por la Ruta 40. En febrero terminó de recorrer los 6.200 kilómetros que separan a Ushuaia de La Quiaca con un objetivo solidario: cumplir con una promesa y así ayudar a su sobrino Tomás de 12 años, que padece de un retraso madurativo.
 
Según detalla el portal www.clarin.com.ar, la vida del chico cambió con un aporte económico que otorgó el Centro Auditivo Gaes, una empresa internacional que ofrece becas a deportistas amateurs a cambio de un proyecto solidario o acción que requiera un gran esfuerzo.
 
Tiempo atrás, luego de partir hacia España en 2002 por la situación económica de nuestro país, Marcelo regresó a la tierra matancera en 2012. Pero no volvió solo sino con una idea inspiradora: ayudar a su sobrino aplicando al programa de becas de la empresa.
 
Se enteró de que contaban con una sede en Buenos Aires y no dudó en presentar su desafío que resultó ganador el año pasado: unir Ushuaia y La Quiaca en bicicleta.
 
Tras ser elegido, Marcelo recibió la suma de $80.000 que destinó comprar un elevador para Tomás, que padece de encefalopatía crónica no evolutiva y no puede hablar ni moverse por su cuenta
 
Cuando vivía en España me animé a hacer El Camino de Santiago y desde ahí siempre quise apostar más
 
“La gente votó por el proyecto en la página web. Gracias a ello mi sobrino puede subir al primer piso de su casa con su silla de ruedas”, cuenta el vecino del barrio Atalaya.
 
Si de aventuras se trata, Marcelo ya había hecho un viaje en bicicleta que lo motivó a seguir recorriendo lugares: “Cuando vivía en España me animé a hacer El Camino de Santiago y desde ahí siempre quise apostar más”, aclara.
 
Entre las ganas de cambiar la vida de Tomás y desafiarse así mismo, el 14 de enero emprendió el viaje a Ushuaia en avión para alcanzar la meta en solitario.
 
“Cuando estás arriba de la bicicleta te encontrás con miles de obstáculos. Tuve momentos tensos en El Calafate, porque el viento me complicaba la marcha y a veces no podía comunicarme con mi familia. Tierra del Fuego fue la primera etapa y la más difícil. Son situaciones que te hacen dudar, pero cuanto más avanzás, encontrás la motivación que necesitás”, asegura el ciclista.
 
La 40
 
La Ruta 40, que cruza a lo largo el oeste del país, se presentaba como un enemigo en ciertos puntos: “En Trevelin, Chubut, tuve que hacer dedo porque las ráfagas de viento me quitaban la bicicleta de las manos”, explica. “Además había noches en las que dormía en paradas de colectivos o en medio de la nada”.
 
A pesar de ello, el 26 de febrero se convirtió en una fecha memorable: llegó a La Quiaca, Jujuy. “Mi familia estaba expectante y la gente me apoyaba en las redes sociales. Tengo lindos recuerdos del cerro de los siete colores en Purmamarca y los bosques fríos de Chile”, cierra el ciclista solidario.
 
La lucha diaria del pequeño Tomás
 
La motivación de Marcelo Molina logró que su sobrino Tomás cuente con un elevador en su casa de Rafael Castillo para que pueda trasladarse sin complicaciones. Su encefalopatía crónica no evolutiva fue diagnosticada a penas nació, debido a una infección durante el período de gestación. “En julio instalamos el ascensor y ahora puede ir al médico sin llegar tarde”, cuenta Marcelo. El pequeño asiste a la Escuela Especial N°501, en Haedo, y además “le encanta ir a natación, lo cual ayuda a fortalecer sus músculos”, dice el vecino.

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